Estas últimas semanas venimos asistiendo a una serie de acontecimientos que ponen en duda la pasta de la que está hecho el ser humano.
Las informaciones que nos llegan desde muy tempranito me dejan en una clara disyuntiva: apagar la radio o dejar el desayuno para otro momento y tal vez la comida y también la cena y así sucesivamente.
Por una parte, el avión de inocentes pasajeros, cuya ruta de vuelo le introdujo, al parecer, en el espacio aéreo de un conflicto bélico "no declarado" pero igualmente sangriento e irracional y una acción cobarde derribó, causando cerca de trescientos muertos y trescientas familias destrozadas.
En otro punto del mundo, israelitas y palestinos siguen su partida a muerte que nosotros seguimos con la naturalidad de quien oye llover, impotentes, pasando la hoja del periódico o la página del ipad impregnada de sangre y escenas de terrible dolor y sufrimiento.
En Palma de Mallorca, un descerebrado, probablemente encocado, cargado de alcohol hasta las trancas y además, hablando por el móvil al tiempo que conducía, tras subirse a la acera e invadir un carril bici, se lleva por delante a otra inocente ciudadana que, asumiendo el peligro que conlleva, como todo el mundo sabe, el running urbano, había decido esa tarde salir a hacer unos kilómetros y estrenar por fín la malla o las zapatillas nuevas que acababa de comprarse con la extra de julio. Para hacerlo perfecto, se da a la fuga.
Tambien en Mallorca, otro criminal, británico residente, con su coche de alta gama y con tantas copas de más, como canas en su cabeza, arrastra cincuenta metros a otra probre ciudadana de Calviá, trabajadora, sacrificada, servicial y emprendedora, que después de cerrar su restaurante, sencillo pero no exento de calidad, tras el servicio de mediodía, había decidido soltar las piernas un rato, antes de comenzar el servicio de noche. También el conductor se aleja del lugar del crimen a toda pastilla.
Majaderos imberbes, menores sin dos dedos, turistas de "todo incluido" mancillan noche tras noche la imagen pública de nuestra principal fuente de ingresos en el parque temático de "TODO VALE" de Magalluf. Balconing, mamading....más etiquetas para acabar de empaquetar un turismo absolutamente despreciable.
...y mientras el griterío del nacionalismo y el abucheo a lo español, (España ens roba) resonaba en Cataluña, millones y millones de euros, viajaban, probablemente en audis y bemeuves, cruzando el "eix transversal" camino de Andorra. Vaya!
What are we made of?
...y mientras el griterío del nacionalismo y el abucheo a lo español, (España ens roba) resonaba en Cataluña, millones y millones de euros, viajaban, probablemente en audis y bemeuves, cruzando el "eix transversal" camino de Andorra. Vaya!
What are we made of?
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