Pese a las amenazas de fuertes tormentas y lluvias, amaneció un domingo muy ventoso pero soleado. Al otro lado del túnel el cielo estaba encapotado pero el duro mistral reinante mantuvo a las nubes a raya y no llegó a caer ni una gota en toda la jornada.
Por tercera semana consecutiva aparece en estas modestas líneas el pueblo de Sóller y sus alrededores. Esta vez la excursión, más gastronómica que la anterior, nos llevaba a Biniaraix. Hectáreas de olivares escarpados que vamos dejando a ambos lados hasta llegar a una altitud desde la cual se nos proporciona una impresionante postal del valle, con Biniariax a nuestros pies, más allá Sóller y al fondo, de azul intenso y borreguitos encrespados, el mar.
Cada rincón, cada piedra del camino me lleva a recordar a mi amigo Iñaki, autor de uno de los mejores blogs que he leído nunca; http://delempordalaserradetramuntana.blogspot.com.es. Constituye un placer leerlo y dejarse llevar por la variada andadura de su recorrido.
La visita de ayer, como digo, era gastronómica. El reencuentro anual con una tradición de quince años; la calçotada. Dos kilitos de salsa romesco, elaborada personalmente por quien esto escribe con arreglo a una receta que voy variando año a año y que en métrica y estilo libre aquí plasmo:
De la remojada ñora, su carne roja de la piel separamos
reservándola en un recipiente, seca y sin ungüentos.
Asamos una hora y en horno alto, ajos y pimientos
y los frutos secos, ya pelados, con paciencia trituramos.
Emulsionamos, sin pellejos, los pimientos y los ajos
con la resultante harina de las almendras y las avellanas
añadiéndole la sal y el perejil que nos venga en gana
y, previamente fritos, del pan de víspera unos tajos.
En mortero y con paciencia y si no con batidora
con aceite y vinagre, generosamente regamos
la salsa de frutos secos, ajos, pimientos y ñora
Y así, por arte de magia y sobretodo tan fresco
con la textura, el aroma y el sabor apropiados
queda listo para comer y aviado, el romesco.
500 gramos del almendra
tostada
250 gramos de avellana
tostada
Calçots, buenas carnes, buenos vinos, naranjas de Sóller y excelentes ensaimadas en una nueva jornada en contacto íntimo con la naturaleza.
A última hora de la tarde, aún llego a tiempo para vibrar con el excelente final de carrera de MotoGP. Qué dos últimas vueltas, con Rossi apurando sus opciones (pocas le quedan, creo) de volver a la cima y un gigante, Márquez, -su último adelantamiento, retrato en alta resolución del innegable relevo generacional-.
Y como guinda especial......(...está bien, no hurgaré en esa herida)
A pesar de lo cual, no me apeo....el Tata no mola.
La visita de ayer, como digo, era gastronómica. El reencuentro anual con una tradición de quince años; la calçotada. Dos kilitos de salsa romesco, elaborada personalmente por quien esto escribe con arreglo a una receta que voy variando año a año y que en métrica y estilo libre aquí plasmo:
De la remojada ñora, su carne roja de la piel separamos
reservándola en un recipiente, seca y sin ungüentos.
Asamos una hora y en horno alto, ajos y pimientos
y los frutos secos, ya pelados, con paciencia trituramos.
Emulsionamos, sin pellejos, los pimientos y los ajos
con la resultante harina de las almendras y las avellanas
añadiéndole la sal y el perejil que nos venga en gana
y, previamente fritos, del pan de víspera unos tajos.
En mortero y con paciencia y si no con batidora
con aceite y vinagre, generosamente regamos
la salsa de frutos secos, ajos, pimientos y ñora
Y así, por arte de magia y sobretodo tan fresco
con la textura, el aroma y el sabor apropiados
queda listo para comer y aviado, el romesco.
2 ó 3 rebanadas de pan frito
1 cabeza de ajo
2 ó 3 pimientos rojos grandes
5 ó 6 ñoras o pimientos choriceros (o ambos)
Un
vasito de aceite de oliva (opcional)
Tres vasos de vinagre bueno (dos si es
balsámico)
Sal y perejil (este también opcional)
Calçots, buenas carnes, buenos vinos, naranjas de Sóller y excelentes ensaimadas en una nueva jornada en contacto íntimo con la naturaleza.
A última hora de la tarde, aún llego a tiempo para vibrar con el excelente final de carrera de MotoGP. Qué dos últimas vueltas, con Rossi apurando sus opciones (pocas le quedan, creo) de volver a la cima y un gigante, Márquez, -su último adelantamiento, retrato en alta resolución del innegable relevo generacional-.
Y como guinda especial......(...está bien, no hurgaré en esa herida)
A pesar de lo cual, no me apeo....el Tata no mola.
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