lunes, 22 de julio de 2019

Yo también pisé la Luna

El pasado martes el eclipse de la Luna nos pilló a la intemperie. Celebrábamos la Patrona de la Armada, Virgen del Carmen, Señora de los mares. La temperatura invitaba a desembarcar de El Galeón y buscar una posición estratégica bajo el pinar que lo rodea, mucho más refrescante. 

Allí lucía una Luna casi llena que ya venía brillando días atrás y que esa noche gozaría de un protagonismo especial. Después de las señales a la Bandera y su posterior arriado y de escuchar la voz de "silencio, buenas noches dotación" (cómo le gustaba a Pedrito GS repetirlo en nuestro piso patera, allá por el 86 en Ferrol) y de deseárnoslas  los marinos allí presentes, en un cielo levemente entelado empezó a mostrar su faz luminosa...y al cabo de un rato empezó a hacerse visible el eclipse. Por momentos pensé que esa Luna, eclipsada por los acontecimientos, bajaba a tomarse unas cañas con nosotros.

Han pasado cincuenta años y casi veinte mil noches desde la famosa madrugada en que, según parece, el hombre pisó la luna. Dicen las crónicas - me resulta muy difícil recordarlo con precisión puesto que acababa de estrenar mis nueve años- que entre las tres y las cuatro de la madrugada -hora española- del 21 de julio se produjo el famoso saltito de Neil Armstrong desde la escalera del módulo lunar Eagle dejando una huella indeleble en la superficie lunar  y también en nuestra memoria.



La noche anterior, antes de cepillarnos los dientes y de rezar el Padrenuestro de rigor, sabedores de la inminente llegada del hombre a la Luna, ya que días antes habíamos presenciado con enorme expectación y bisoña emoción el lanzamiento del Apolo XI desde Cabo Cañaveral, le pedimos a nuestro padre que, llegado el momento, nos despertara para poder ver en televisión aquel primer pequeño paso para el hombre, pero gran paso para la humanidad.

Muy probablemente la espera hasta presenciar el momento álgido en el que se produjo este hito se hizo muy larga, (Hermida era duro de pasar) pero en nuestras cabecitas se reproducían todos sus prolegómenos; el lanzamiento, la puesta en órbita, las vueltas que dio a la Tierra antes de proyectarse hasta el "espacio exterior" y el posterior alunizaje. Recuerdo con total nitidez aquellas imágenes en blanco y negro que reproducía, con discreta calidad, la pantalla convexa del viejo telefunken.

Preguntábamos a mi padre con contumaz insistencia sobre los aspectos más peregrinos de aquel fenómeno y él nos contestaba como podía, sin despegar su mirada del monitor, sin pestañear. Tal vez cabía en su mirada más escepticismo que ilusión en la nuestra, a pesar que de eso no andábamos cortos. 

Los días siguientes aprendimos a movernos como habíamos visto hacer a los astronautas, a cámara lenta y jugábamos a ser Armstrong, Aldrin y Collins y cualquier objeto que tuviéramos entre las manos o a nuestro alcance era un cohete espacial, un módulo lunar o la cápsula que los devolvió a la Tierra. Dejábamos huellas por donde fuéramos y nos imaginábamos imprimiendo el sello de nuestra presencia en otras lunas, en la arena de la playa o en el borde de una piscina. Comunicándonos con la boca tapada y la voz entrecortada, jugábamos a ser técnicos de la N.A.S.A. con el "Rescate Espacial" un juguete que nos cayó para Reyes y  meses más tarde nos impregnamos de inquietudes y ansiedad vital el día que nuestro padre nos llevó a ver en versión cinerama "2001, una odisea del Espacio" en el Cine Bosque de Barcelona. Todavía no me he recuperado totalmente.




El 21 de julio de 1969 yo también pisé la Luna. Hasta allí nos llevó mi padre. ¿Dónde estabas tú? 



https://www.youtube.com/watch?v=ZEcqHA7dbwM


https://www.diezminutos.es/teleprograma/programacion-tv/a28405589/llegada-hombre-luna-ayer-hoy-narracion-espana-jesus-hermida-video/

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