lunes, 8 de julio de 2019

Clima raro

Un aire muy denso, en ocasiones  fuertes rachas de viento, es la peor compañía para pasar la noche y acaba rompiendo el sueño, haciéndolo añicos. Esto es lo que ocurrió la madrugada del domingo. Ni la fatiga acumulada de dos exigentes jornadas de tenis ni la posterior recompensa gastronómica, facilitaron el descanso. Por momentos parecía que las puertas de paso de toda la casa fueran a salirse de sus marcos y por la ventana entraban llamaradas de un aire encendido, casi inflamable. Durante todo el domingo hemos rozado los cuarenta grados y ni siquiera las cuatro gotas que cayeron al final de la tarde, sirvieron para aplacar los ánimos. Efectivamente, los chicos del tiempo tenían razón; Liga, Copa y Champions. Vaya verano nos espera.

Eso en lo climatológico porque del resto es mejor no hablar. Cada vez siento más lástima por lo que leo, veo y escucho de la actualidad. Cada día que pasa me siento menos identificado con el entorno social al que pertenezco. Cada vez me disgusta más la falta de madurez y educación de una buena parte de mis conciudadanos. Cada vez veo más odio e intolerancia de quienes parecían que eran precisamente sus víctimas históricas y así se autoproclamaban. 

Intento vivir feliz en mi orilla pero eso tiene su tiempo tasado. Más temprano que tarde debo abandonar la realidad virtual y desayunar o comer o cenar una actualidad abarrotada de estupidez, egoísmo y mala educación. Nos gritamos, escupimos, echamos papeles al suelo, chicles, botellas de plástico, colillas. Dejamos el coche sin pensar en los demás, circulamos sin criterio ni norma, gastamos el dinero público caprichosamente, hacemos y deshacemos en lo público sin más interés que sembrar más diferencias.

Siento, en fin, un fatal desapego por esta sociedad y no puedo sentirme muy orgulloso por verme obligado a contribuir -en lo económico, básicamente- a que se mantengan estas políticas tan disgregadoras donde resulta que al final son los pájaros los que se tiran a las escopetas, se envilece a las víctimas y se enaltece a los delincuentes.

Tengo la sensación de que la clase política ha lanzado a los ciudadanos un mensaje muy envenenado: en nombre de una supuesta mayor y mejor libertad que cada cual haga lo que le pase por la cabeza, sin límite, sin más.

Será el calor, será la falta de aire fresco, será la saturación de imágenes absurdas que entran por el móvil, pero esto se hace insufrible. 

La cuenta, por favor!


1 comentario:

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