lunes, 7 de agosto de 2017

Esto está que arde

En las terrazas de algunos restaurantes de la isla sirven el pescado, debidamente eviscerado, sobre una bandeja de horno, con sus patatitas y eso, aliñado, con sal y unas rodajitas de limón, etc. Lo presentan tal cual para que cada cliente le dé el puntito personal....se cuece a temperatura ambiente en la mesa del cliente. Es más, me consta que en bandejita aparte  proporcionan un panecillo  en crudo para que, del mismo modo, le dé cada cual el puntito de cocción que desea....

Las niñas ya no quieren ser princesas. 

El jardín está lleno de okupas y a casa vienen unos tipos extravagantes que no hacen más que pedirle a papi cosas rarísimas. Mamá está mustia, la pobre. El calor la tiene abatida y no le alcanzan las fuerzas ni para darse aire con el abanico souvenir de las Cuevas del Drac. El casoplón se le cae encima y afuera hace tanto calor que cuando salimos a hacernos unas fotos para la prensa no puede evitar que unos rodetes de sudor empañen su impecable imagen y, de paso,  su carolinaherrera

Nosotras somos muy felices porque Mallorca nos gusta a pesar de que el calor y el protocolo impiden que podamos hacer lo que más nos gustaría, acercarnos a la playa de Cala Mayor, coger la tabla de padelsurf  y alejarnos por un momento de la escolta, de los guardias, de papá, de mamá, y de Froy y de Vicky que nos tienen uno poco de gato....como somos las pequeñas, ya sabes, tienden a disfrutar haciéndonos la puñeta. 

La superabuela es muy fuerte. Con más de cuarenta grados a la sombra, se cuelga de un brazo el bolso, del otro a la tía Irene, se calza las abarcas a juego o con el bolso, o con la diadema, o con la falda o con la propia tía Irene, se sube al seatleón y se aleja echando chispas de Marivent con dirección a Jaime III. No le gusta ver a su prole zascandileando por Palacio, viendo "Aniquílame de luxe" con los pies encima de la mesa de centro, estilo Aznar.  Le encanta pasear y que la reconozcan - a distancia, eso  sí, que los mallorquines son muy respetuosos. Si te ven, corren hasta donde tú estás, pero como si hubieran colocado una barrera invisible, mantienen una prudente distancia, no pasan de un ligero saludo con la mano y algún que otro piropo políticamente correcto; no pasan del guapa! no sea que....

Ha dicho papi que a lo mejor el verano que viene ya no podemos veranear en Mallorca porque hay un lío terrible con los alquileres vacacionales y no sabe muy bien si podrá o no usar Marivent, como ahora han montado en el jardín unos merenderos/barbacoa para desestacionalizar la temporada de turismo... Este invierno ha habido por lo menos tres visitas. Claro, era un clamor popular. Todo el mundo queria ver los jardines y hacer pipí detras de los arbustos de los ibiscus que con tanto mimo cuida la abuela. Total, que mamá se ha puesto muy contenta porque ella es más de ir de aquí para allá sin tener un lugar fijo y además no le gusta el mar ni los barcos, ni las regatas, ni las gentes tan raras que circulan por aquí. 

A nosotras nos gustaría un poco más de emoción, pero nos dicen que todavía somos muy pequeñas y no podemos practicar todos los deportes de riesgo que practican los turistas jóvenes que visitan este archipiélago, que todo llegará. Mientras, nos han llevado a comer helados y cuartos, a ver delfines -pronto los van a dejar en libertad porque estos señores a los que no les gustan los toros tampoco quieren que los niños podamos disfrutar con las piruetas de focas, orcas ni delfines; y como aventura especial, nos han subido a un viejo tren de madera y nos han llevado a ver cuadros y cerámicas de dos artistas que eran muy amigos y que vivieron también en Mallorca hace un montón de años. Realmente fascinante. Total, estamos deseando que se acaben ya las vacaciones, volver a Madrid y que empiece el curso.




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