Hace casi diez años tuve que vivir un verano diferente. No salí en ninguna foto rodeado de familiares y amigos habituales (aunque sí trabé excelentes amistades allí). Tampoco figuro delante de una maravillosa cala de aguas turquesas ni brindando, en una terraza a la orilla del mar, con un aromático y fresquito albariño. Hace estos años, mi verano -que no fue malo, sino diferente- me imprimió la sensación de muchas privaciones y, pese a que puntualmente me llegaban las fotos de familiares y amigos que sí disfrutaban de calas y terrazas, yo no estaba en ellas.
Diez años más tarde, el tono de mi piel sí acusa las horas de sol y de orilla (y alguna arruga más). Aunque he disfrutado de excelentes jornadas vacacionales sin alejarme mucho de mi domicilio habitual, en el peor de los casos, respetando el horario laboral, viviendo en Mallorca es muy fácil entregarse al dolce far niente vespertino y enumerar, una tras otra, muchas brazadas entre las olas, seguir sorprendiéndose de lo maravilloso de nuestro mar (a pesar de la elevada temperatura del agua) y tomarse unas cañas, de vez en cuando, sin más interrupciones que los chasquidos del guasap.
Pero en las antípodas de esta serena felicidad no puede ignorarse que existen otros veranos: el del amigo enfermo, el del pariente triste, el del amigo preocupado, el de muchas personas a las que no les brilla la piel tostada, siquiera por el menos violento sol de los atardeceres en la orilla, ni han podido paladear un cremoso helado durante un paseo urbano a última hora del día.
Para todas esas personas, desafortunadas por variados motivos, no existe el mismo verano y no comparten la belleza de las calas ni el jolgorio de las terrazas. Pero ahí están, algunos, mano sobre mano, atenazados por su mal, por su dolor, por sus inquietudes. Presos de una tristeza sin tregua, mirando a cada esquina de una habitación -el enfermo- o un cuerpo inerte y pesado -el familiar-.
Vaya mi recuerdo y mi abrazo a unos y a otros, mi oración y mi mejor deseo: que el próximo verano sea mejor que el que ahora acaba.
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