lunes, 19 de septiembre de 2022

Con el primer café

Llegó septiembre y con él la vuelta a una rutina que nos aleja (casi) definitivamente de los días de ocio ordenado. Vuelve a sonar el despertador, los días se acortan desde el amanecer y la oscuridad todavía guarda silenciosa el sueño de los escolares. Hay que encender luces para no tropezar con el gato -que es negro y también sigiloso- y sacar el panecillo del congelador para el bocadillo de la merienda (el berenar).

La radio comienza a desgranar una actualidad de una crueldad inmarcesible. Todo mal, todo agrio. El gorgoreo  de la cafetera y la aspiración profunda del aroma de mi primer café de la mañana me abstrae del mal augurio y  desvía mi atención hacia los pensamientos que me llevan a mi propia agenda del día: mucho trabajo, muchas tareas, a Dios gracias.

Un pico más alta la inflación, sigue al alza el precio de los combustibles, del gas, de la luz, del pan, de los cereales, de la carne, de la leche... Los políticos siguen chapoteando en sus charcas de poder,  (unos más que otros) en el afán, unos de llegar, otros de permanecer. Demasiados políticos y demasiados asesores porque los primeros apenas saben hacer la "o" con el canuto. Mucho analfabeto con la estéril, ciega y nula responsabilidad de intentar resolver nuestros problemas sin echar necesariamente la culpa a la invasión de Ucrania por los rusos. Y van en metro, dicen. Y oyen cosas, dicen. En el metro, ¿sí, de verdad? donde todos los usuarios siguen con atención exclusiva y excluyente a su aparatito telefónico sin importarles un pimiento lo que pasa a su alrededor....¿qué me estás contando?

Ni la nefasta y distópica observación de la realidad remueve mi optimismo radiante ese día, uno más, un lunes cualquiera de cualquier semana de este cuatrimestre final de año.

Ya en el coche, en el tiempo de espera de la colegial en las primeras semanas de su último curso de bachillerato (con foto como todos los anteriores años desde la primera falda plisada del uniforme), Ángel Carmona pincha un himno generacional, una canción de un grupo de culto, al menos para unos cuantos que éramos muy jóvenes en los maravillosos ochenta. Resulta ciertamente curioso: en la exquisitez cultural y musical de Radio 3 no cabía según que música denostada y despreciada por su "comercialidad". Vale, pero eso ya es historia. Cualquier día nos pinchan a Perales en ese canal.

Pese a haberla traído ya a este humilde espacio en otra ocasión, por su entusiasmo contagioso y por los recuerdos que me trae, vaya....este tributo a aquella generación.

1 comentario:

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