La mayor parte de los días -sábados y domingos incluídos- suele ser mucho antes pero normalmente al filo de las seis de la mañana un murmullo creciente se va apoderando de mi mente, me despierta y mis inquietudes cotidianas empiezan a ponerse su mono de trabajo. Al principio es un rumor a ojos cerrados, en la absoluta oscuridad del alba. Tan oscura está la noche ahí afuera que de la penumbra de la habitación se alimenta de luz la calle. Y también el silencio leve de unas pocas pisadas y la vibración de los primeros despertadores, alertan y me predisponen a echar un pie a tierra firme, donde no cuentan ni lo sueños buenos ni las pesadillas.
Me quedo un buen rato sobre la almohada, con el píngano colgado de mi oreja izquierda y sin tirar mucho del cable que lo une a la radio. Una pequeña e insignificante lucecita roja reporta la perfecta sintonización del canal. Torrente vivo de voces y sintonías musicales. Es cierto lo que escucho y la información parece veraz.
Primero es el Pulpo el que acaba con su tarea de poner las calles y cruzar sus canciones de otro tiempo con Herrera y un poco más tarde Paloma Tortajada empieza a enumerar las noticias del día. Un padre de familia lee una exigente cartilla a su hija. Toda una lección, un decálogo de obligado cumplimiento. Lo que debe hacer cualquier padre llegado el momento. En este caso, además, se da la circunstancia de que papá es el S.M. Rey y su hijita, toda una Princesa. Días atrás nos han mostrado las fotos de un día cualquiera en Palacio. Que una niña de 12 años empiece a memorizar la valencia de los elementos químicos se me antoja excesivo pero su educación va a ser muy exigente desde bien tempranito y para cuando le llegue el momento de atender a la química, tendrá que esmerarse en adquirir un conocimiento exhaustivo de las cuestiones de Estado. Nada fácil, por cierto, y de ahí la tarea de su regio padre para que vaya asumiendo la necesidad de saber y la responsabilidad y compromiso por cumplir.
Ahora puede quemarse con la sopa y abanicarse la lengua con su mano abierta para que los tontos de turno hagan sus chistes y sus tweets pero llegará el día en que tendrá que colocarse frente a las cámaras y dirigirse a todos los españoles, como su padre, como su abuelo y demostrar el pleno conocimiento de sus deberes y su cumplimiento.
No es un cuento de castillos y coronas de esmeraldas y rubíes, ni de príncipes azules o bellas durmientes. Es un reto muy serio. El oficio de Rey, de Reina, no me parece nada sencillo y exigirá muchos sacrificios. Por supuesto que vendrán los buenos y gozosos momentos; las regatas, las competiciones hípicas, los descensos desde Cap de Baqueira y las largas noches de los veranos de Portals. Y llegarán, si no lo han hecho ya, los momentos selfie y los vídeos de musicalis y andará por Palacio contoneándose y cantando frente al espejo o frente a la puerta del frigorífico y mandando vídeos y mensajes de voz y asumiendo irresponsablemente el riesgo de que papá salga en esos momentos del cuarto de baño envuelto en una toalla sujeta a su cintura. De eso no se va a librar ni la niña, ni su padre.
Otro murmullo, otra noticia. Pokémon alquila un chalet en Waterloo. Probablemente no hay otro barrio ni otra zona exenta de simbolismo ni carente de motivos para las risitas. Todo eso después del trampantojo de los guasaps desvelados por su colaborador necesario. ¿Cabe más insensatez? Por lo visto, sí. Sigue el esperpento vallinclaniano.
Y por su parte pikemon renueva su contrato con el Barça. En lo futbolísitico me alegro pero con un micrófono delante siempre se viene arriba y denuncia, sin rebozo alguno, la falta respeto con el resultado de las últimas elecciones. Tiene razón. Oigamos pues a Inés Arrimadas y respetemos ese resultado. Es eso,¿no?
Se acerca la hora de separarse de la almohada. Un aniversario y un recuerdo imborrable, fresco. Los Beatles en vivo desde una azotea de Londres en 1969...Get Back...(Get back, Pokemon, get back, get back to where you once belonged...je, je, je)
Sin duda me quedo con este último murmullo y camino de la cafetera pienso en la Princesa Doña Leonor y su Toisón de Oro y lo que le queda -nos queda- por delante.
Suerte Alteza. Y gracias, Majestad, por leer la cartilla a micrófono abierto.
Ahora puede quemarse con la sopa y abanicarse la lengua con su mano abierta para que los tontos de turno hagan sus chistes y sus tweets pero llegará el día en que tendrá que colocarse frente a las cámaras y dirigirse a todos los españoles, como su padre, como su abuelo y demostrar el pleno conocimiento de sus deberes y su cumplimiento.
No es un cuento de castillos y coronas de esmeraldas y rubíes, ni de príncipes azules o bellas durmientes. Es un reto muy serio. El oficio de Rey, de Reina, no me parece nada sencillo y exigirá muchos sacrificios. Por supuesto que vendrán los buenos y gozosos momentos; las regatas, las competiciones hípicas, los descensos desde Cap de Baqueira y las largas noches de los veranos de Portals. Y llegarán, si no lo han hecho ya, los momentos selfie y los vídeos de musicalis y andará por Palacio contoneándose y cantando frente al espejo o frente a la puerta del frigorífico y mandando vídeos y mensajes de voz y asumiendo irresponsablemente el riesgo de que papá salga en esos momentos del cuarto de baño envuelto en una toalla sujeta a su cintura. De eso no se va a librar ni la niña, ni su padre.
Otro murmullo, otra noticia. Pokémon alquila un chalet en Waterloo. Probablemente no hay otro barrio ni otra zona exenta de simbolismo ni carente de motivos para las risitas. Todo eso después del trampantojo de los guasaps desvelados por su colaborador necesario. ¿Cabe más insensatez? Por lo visto, sí. Sigue el esperpento vallinclaniano.
Y por su parte pikemon renueva su contrato con el Barça. En lo futbolísitico me alegro pero con un micrófono delante siempre se viene arriba y denuncia, sin rebozo alguno, la falta respeto con el resultado de las últimas elecciones. Tiene razón. Oigamos pues a Inés Arrimadas y respetemos ese resultado. Es eso,¿no?
Se acerca la hora de separarse de la almohada. Un aniversario y un recuerdo imborrable, fresco. Los Beatles en vivo desde una azotea de Londres en 1969...Get Back...(Get back, Pokemon, get back, get back to where you once belonged...je, je, je)
Sin duda me quedo con este último murmullo y camino de la cafetera pienso en la Princesa Doña Leonor y su Toisón de Oro y lo que le queda -nos queda- por delante.
Suerte Alteza. Y gracias, Majestad, por leer la cartilla a micrófono abierto.
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