lunes, 17 de julio de 2017

El papi del fuet

Al margen de la presunta sumisión de la marca comercial al controvertido procés, el producto es bueno de verdad. Está muy rico y en casa, como en los anuncios, caen de dos en dos. Que estás cocinando y andas canino de hambre, en lo que echas un cucharón de aceite, el ajo, la cebolla, la sal y las viandas a la cazuela, tomas la tabla de corte, un buen cuchillo y le vas pegando sucesivos viajes al embutido con el nombre de aquel senyor que proclamó a los cuatro vientos que ya estaba allí, que ya había llegado.

El último anuncio publicitario de esta empresa familiar catalana es ingenioso y coloca a ciertos padres de jóvenes adolescentes en una envidiable supremacía sobre algunos de estos; los más autosuficientes que creen que ya han llegado al punto de poder medirse con los mayores y hacer uso de ciertos privilegios; poner los pies encima de tu mesa, bañarse en tu piscina, tomar el mando de tu tele, comerse tu queso y, aunque espero que todavía no se de, beberse tus latas de cerveza. ¿O no es un placer poder decir lo que nos pasa por las narices, a sabiendas de que nos están escuchando y con la ventaja de que los aludidos ni lo sospechan, falsamente convencidos de que su presencia no ha sido advertida? Como en casa no tengo piscina y mis adolescentes están todavía muy verdes, a Dios gracias, no hay peligro, todavía.

Es cierto que los adolescentes de ahora bordean riesgos muchos peores que los nuestros. Nuestra pecera era ridícula comparada con el mega acuario en el que se ha convertido el entorno en el que se mueven. Yo, por el momento, me siento un afortunado. Las inquietudes de mis hijas son, digamos, sostenibles. Es cierto que estamos empezando a asumir nuevos retos y nunca se sabe cómo puede acabar la cosa. Por ahora solo debo lamentar que se pasan el día con el móvil encima y que cuando les encargas alguna cosa, sabes que comparece una persona con una incapacidad física importante. Normalmente solo dispone de una mano libre y así cómo le vas a pedir que te eche la otra...

Otra de las virtudes de los adolescentes actuales es que, gracias a ese artefacto, están multiconectadas a muchas redes sociales y familiares y antes de que podamos comentar una novedad de algún amigo o pariente, ellos ya lo saben y emiten un visible bostezo cuando crees que te adelantas con la primicia. Te oyen con sus dedos tecleando y sus labios sonriendo por razones ajenas a tu conversación. No somos nada.

En el coche, superadas las épocas en que, primero,  te desesperaba no poder hacer sonar tu música y claudicabas con, una y otra vez, aquella canción de los payasos de la tele o los odiosos villancicos de toda la vida, y más tarde, pretendían que les pusieras una emisora de música electrónica discotequera, ha regresado nuestro momento. Ensimismados con su propia música o el repaso de los bip-bip! de sus wpp,s y de sus audios personales, les importa un rábano que sintonices tu emisora favorita, (¿te acuerdas cuando escuchabas Radio 3?) o el último disco de los Rolling, cuanto más alto, mejor.

 https://www.youtube.com/watch?v=00VVTQnztYc

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