lunes, 12 de septiembre de 2016

Mallorca, lujo de mar.

Poco más puede pedirse. El placer de bañarse en mares con todas las gamas de verdes y azules, con fondos irresistibles para ganar profundidad, aunque sea con unas simples gafas de piscina, sin tubo ni aletas; bajar, bajar, bajar y luego impulsarse hasta el exterior en un instante de gozosa tensión. Emerger de ese gel azul o verde intenso y dejar que el cuerpo vuelva a flote.

Durante todo el verano, como una ruta con la que probablemente sueñen cientos de habitantes de interior que tan solo tienen esporádicas y breves ocasiones para disfrutar del mar, lo tenemos al alcance de la mano. En apenas doce minutos desde casa o desde el trabajo, se tarda más en rezar un padrenuestro que en alcanzar una buena orilla en la que pegarse un chapuzón. Llegar al mediodía a la playa, cumplida la jornada y lanzarse a esos fondos turquesas....

Illetas
La despedida de este larguísimo período de vacaciones escolares -que en mayor o menor medida también nos afecta- no ha podido celebrarse en mejor marco: la playa de Formentor. Atenazados por el temor a que se confirmara una previsión meteorólogica desfavorable nos lanzamos con bocadillos y neveras y mucha tropa menuda -más juvenil ya que infantil- y todo el sábado por delante. Al final, alguna nube y mucho e intenso sol.

Playa de Formentor

Tronaba al fondo de aquel escenario, sobre la mayor parte de la Mallorca norte y cubría el cielo, sobre el horizonte, una espesa amalgama de nubarrones. Y agua, mucha agua cayendo en visibles cortinas. El mar, esa mar, calmada, con un leve oleaje que dejaba a la vista todo el fondo arenoso de la bahía.

Los pinos brotan prácticamente en la misma orilla, sin dejar apenas paso ni espacio para echar una toalla. Esa larga lengua de arena permite disfrutar de la playa, auxiliados ese día por esas tormentas ahuyentadoras de los más temerosos y por tanto sin masiva presencia de bañistas, con elevado grado de intimidad. No masificaciones, no molestos solapamientos.


Playa de Formentor


Durante todo el verano hemos podido disfrutar de múltiples situaciones similares. Queda como testimonio un montón de fotografías. Algunas de ellas nos ayudarán a pasar estos primeros días de retorno escolar. Ánimo a los jóvenes. En unas pocas semanas ni recordarán lo a gustito que han pasado tres meses en chancletas y bañadores sin más preocupación que una comida, una merienda, un helado. Ahora, a trabajar duro.


Ruta hacia Port des Canonge



Isla de Cabrera
Quedan todavía unas pocas semanas para seguir disfrutando de estos parajes y si la climatología no lo impide seguiré lanzádome a estas aguas. Todo un privilegio.

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