Se lo escuché hace unos domingos a Pedro Subijana en su colaboración quincenal en el programa de Pepa Fernández No es un día cualquiera. Le pedía esta una receta fácil, rápida, para trabajar poquito y quedar ampliamente satisfecho. Me sorprendió en un primer momento pero me quedé con la copla y pensé que había que probarlo: ¿salsa de huevos fritos?
Un sábado, contraprogramado por las circunstancias, me vi a las dos del mediodía, tras un largo partido de tenis, en casa y sin prole. Cielo gris, no playa. Me duché, me amorré a una estrella galicia directamente del botellín -casi helado- y con el pulso recuperado inspeccioné el fondo de mi congelador. Oh! tres espléndidos tajos de bacalao de Comercial Vera, perfectamente empaquetados al vacío, ya desalados. ¿Se descongelarán en poco tiempo? Lo comprobaré. Sin desprenderles su envoltorio los coloqué debajo de un generoso chorro de agua fría en el interior de un escurreverduras. Me fui a la caja de los cd,s de ópera. Recordé los magníficos programas que han pasado inadvertidos para gran parte del ganado televisivo que solemos languidecer lar tardes de domingo, no habiendo fútbol interesante. Me refiero la exquisita serie This is Opera, de Ramon Gener, que puede recuperarse en la página web de RTVE. Absolutamente recomendable para disfrutar solo o en buena compañía. Los placeres de la buena música y de la gastronomía si no son compartidos por los seres queridos y amigos no saben ni la mitad de bien. Por eso, entre otras cosas, estoy aquí y ahora.
La Traviata me pareció muy adecuada. Me imaginaba a Alfredo Krauss y Maria Callas subiendo por el ascensor de casa y entrando en mi cocina entonando las primeras estrofas de Libiamo ne' lieti calici... y yo, claro musitando los coros Ah! Libiam, amor, fra' calici, più caldi baci avrà...
Mientras sonaban los primeros temas, a todo taco, fui pergeñando la receta. Horno a tope, patatas panaderas, cebolla juliana, tres dientes de ajos y tres huevos frescos.
En esas estábamos, yo transformado en un Alfredo cocinero, cuando aparece en escena mi amada Violeta, con la mirada extraviada -no iba a poder ser de otra manera- por el escándalo musical que, al parecer, era audible desde el garaje.
Hacia adentro del horno se encaminan las patatas fritas someramente y la cebolla bien fina. En menos de diez, quince minutos estarán listas. Frío tres huevos de buena calidad y los rescato del aceite cuando la blonda de la clara empieza a tomar el crujiente aspecto de puntilla dorada.
El bacalao está en temperatura y grado de humedad idóneo para -por sugerencia de Violeta- hacer un leve paseo por la plancha, casi una ligera insinuación a muy alta temperatura, eso sí. Que su piel ofrezca una delgada costra.
Larga sobremesa esta tarde tonta de un sábado de final de primavera, sonando desde la cocina los trinos de María Callas....gastronomía y música para compartir con los seres queridos.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/this-is-opera/this-is-opera-traviata/3122698/
La Traviata me pareció muy adecuada. Me imaginaba a Alfredo Krauss y Maria Callas subiendo por el ascensor de casa y entrando en mi cocina entonando las primeras estrofas de Libiamo ne' lieti calici... y yo, claro musitando los coros Ah! Libiam, amor, fra' calici, più caldi baci avrà...
Mientras sonaban los primeros temas, a todo taco, fui pergeñando la receta. Horno a tope, patatas panaderas, cebolla juliana, tres dientes de ajos y tres huevos frescos.
En esas estábamos, yo transformado en un Alfredo cocinero, cuando aparece en escena mi amada Violeta, con la mirada extraviada -no iba a poder ser de otra manera- por el escándalo musical que, al parecer, era audible desde el garaje.
Hacia adentro del horno se encaminan las patatas fritas someramente y la cebolla bien fina. En menos de diez, quince minutos estarán listas. Frío tres huevos de buena calidad y los rescato del aceite cuando la blonda de la clara empieza a tomar el crujiente aspecto de puntilla dorada.
El bacalao está en temperatura y grado de humedad idóneo para -por sugerencia de Violeta- hacer un leve paseo por la plancha, casi una ligera insinuación a muy alta temperatura, eso sí. Que su piel ofrezca una delgada costra.
Coloco los tajos encima de las patatas y la cebolla y vuelvo a darle un golpe de horno. Cinco minutos es suficiente. El tiempo que tardo en volcar los tres huevos fritos junto con los ajos también fritos en el vaso de la batidora y un generoso chorrete de aceite de girasol y un puñado de sal....mayonesa de huevos fritos.
Sobre el fondo de la sartén, rascando un poco la piel agarrada vierto un poco de aceite y unos tacos de ibérico cortado muy pequeño hasta que llegan a tostarse y añado unas gotas de buena ajada gallega.
Emplato y abro una botella de luminoso y fresquito albariño...
Ah! Libiam, amor, fra' calici,più caldi baci avrà...
http://www.rtve.es/alacarta/videos/this-is-opera/this-is-opera-traviata/3122698/
No hay comentarios:
Publicar un comentario