El resto puede
también escucharse en la web de la cope.
El mero hecho de
amarrarse uno al volante y esperar a la puerta del colegio a que salgan sus
hijas, proporcionarles la merienda, besar su frente y preguntarles sobre su
jornada escolar parecen, lo son realmente, tareas domésticas fáciles,
rutinarias y que ejecutamos inconscientemente porque forman parte de nuestro
plan de actuación diario.
Si mientras se van
desarrollando esas actuaciones escuchas de fondo un programa como el que el
pasado jueves 17 de marzo nos regaló Ángel Expósito desde la Fragata Numancia
de la Armada Española y no te emociona el contenido de las entrevistas
realizadas a nuestros ejemplares militares destacados en esa misión, es que
algo está fallando o en tu cabeza o en tu corazón. Integrada en la Fuerza
Naval de la Unión Europea (Eunavfor MED) la Numancia participa activamente en
la Operación Sophia luchando contra el tráfico ilegal de seres humanos
frente a las costas de Libia.
Sentí un profundo
orgullo como español y como militar al escuchar las palabras de marinos y
aviadores, médicos y enfermeros españoles narrando con sencilla naturalidad el
contenido de sus tareas domésticas; esas que, por el momento, les están
apartando de la merienda y los deberes de sus hijos en España y les llevan a
tratar de rescatar del mar a otros niños, otros seres mucho menos
afortunados: para ellos no hay panecillo con nocilla ni, desgraciadamente,
agenda escolar.
Y emociona mucho
más si lo contraponemos al postureo de algunos de nuestros singulares políticos
y políticas (cómo manosean esa reiterada discriminación cursi, machaconamente
hasta la náusea) que claman por "una sociedad civil desmilitarizada";
esos, esas, que desean arrinconar y pretenden expulsar por extravagantes tics
obsoletos a quienes -hemos dados suficientes pruebas- asistimos, con auténtica
vocación de servicio y de forma incondicional a auxiliar y rescatar de
vergonzantes dramas a los más desprotegidos.
Acaso creen estos
ingenuos gobernantes que el servicio que prestan nuestras Fuerzas Armadas es
asumible por alguna otra organización con igual espíritu de sacrificio y
dedicación. Creen también que lo llevarían hasta el extremo de llegar a
exponer sus propias vidas y que eso, además, se aprende en cuatro tardes
de presentaciones en power point o con tutoriales del youtube.
A quienes hemos
tenido la inmensa fortuna de asistir al izado de nuestra bandera a muchos
kilómetros de distancia de la merienda de nocilla de nuestros hijos, nos
hace muy felices escuchar la descripción de un día cualquiera en la misión de
la Fragata Numancia hasta el punto de que, si se me permitiera, mañana mismo
solicitaba mi embarque. Loco por ir, loco por echar una mano.
Gracias al
programa de Ángel Expósito y a la Cope hemos podido asomarnos en directo, por
esa escotilla abierta, a un enriquecedor espectáculo radiofónico y a esa
honrosa misión militar.
Curiosamente, desde hace casi
treinta años en una pared de mis sucesivos despachos he conservado esta vieja
foto de la F83 saliendo, entre Castillos -San Felipe y La Palma-, por la
ría de Ferrol para realizar sus pruebas de mar, antes de su entrega a la
Armada.
Alguna tarde
yo estuve allí, como mero espectador.
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