Se me resiste, no puedo aguantar mas de cinco minutos viendo las chapuceras peripecias del personaje gordinflón y grotesco de Santiago Segura. El trailer me basta. No obstante, despues de haber visto ayer parte del "making of", tengo que reconocer que Magdalena tiene razón. Torrente retrata a una buena parte de España y de los españoles (Cataluña y catalanes, también; no se libran, aunque muchos de ellos presuman de ser muy distintos al resto de los españoles). Y como no consigo abstraerme de mi condición de atónito observador de la actualidad, no salgo del asombro y la tristeza que me proporciona el seguimiento de lo que nos cuentan la prensa digital, la radio y la televisión. Parece que estamos en un interminable y agotador proceso electoral en el que cualquiera puede decir lo que le salga de allí con tal de obtener, cuando llegue el momento, el resultado en votos que persiguen unos y otros. Ahora estoy ya mucho más tranquilo sabiendo que cualquier tertuliano arañavotos puede sumergirse en la wikipedia para conocer "a fondo" la enfermedad del ébola y que pueda opinar también de eso, pues no faltaba más, ¿por qué no?, con eso son ya expertos en enfermedades y epidemias y escupirán su violencia electoralista hasta que les aplaudan por la calle esas señoras que salen siempre en los telediarios y que dejan desnudo, en pelota picada, su ilustrado bagaje cultural. La Griso, la Quintana, Jorge Javier, la Esteban, ¿cambiarán el guión de sus "productos televisivos", por llamarlos de alguna manera y nos aportarán interesantísimos datos biográficos de la enfermera de Madrid, de su marido, del perro, de sus vecinos de escalera, de barrio, que puedan ayudarnos a esclarecer el diagnóstico yel tratamiento del ébola? Seguro que sí. Reconforta y tranquiliza saber, también, que el alcalde de Becerreá haya pedido explicaciones a la Xunta de forma inmediata, sobre la estancia de la enfermera en casa de su madre, entre los meses de julio y agosto pasado.
Mientras este tedioso panorama se cierne sobre nosotros, nos olvidaremos que la correcta prevención, es decir, lo menos que podemos hacer es no rebajar un ápice nuestra aseo personal; lavarse las manos cada vez que hayamos estado en contacto con agentes contaminantes, (en caso de duda, todos lo son!) cada vez que llegamos a casa de la calle, del autobús, del parque, cada vez que manipulamos alimentos o enseres relacionados con ellos, después de hacer uso del baño, en cualquiera de sus modalidades, no compartir ni vasos ni botellas con otras personas, ni andar besuqueando perritos ni otras mascotas que olisquean culos de otros perritos y otras mascotas, ....joder, todo lo que nos decían cuando íbamos a párvulos. Higiene, higiene e higiene y apagar la televisión. Y eso nadie lo recomienda.
No puedo evitar las náuseas cuando escucho las palabras huecas y el discurso demagógico con el que sacan conejos de sus chisteras algunos personajes que viven sobre un racimo de alcachofas de variado colorido. Estoy harto de que jueguen y trafiquen con mis derechos aquellos que hacen creer a los incautos, que los defienden y los protegen. Olvídense de mi, de mis hijas, de mis intereses; no ensucien mi orgullo con su palabrería de mercadillo de fin de semana, no insulten a mi maltrecha inteligencia.
Si no era suficiente todo eso, la actualidad viene complementada, además, con páginas y páginas de datos de locales comerciales, gimnasios, centros de masaje, restaurantes de lujo, clubes de copas donde volaban en sus datáfonos, cientos de miles de euros en formato de tar-jeta negra, opaca, asquerosamente manipulada por cuellos blancos con sus corbatas, cinturones y zapatos hermeses, loewes, luisbutones. Así, tambien yo puedo ser muy elegante, muy cool, muy fashion.
Torrentes!
Mientras este tedioso panorama se cierne sobre nosotros, nos olvidaremos que la correcta prevención, es decir, lo menos que podemos hacer es no rebajar un ápice nuestra aseo personal; lavarse las manos cada vez que hayamos estado en contacto con agentes contaminantes, (en caso de duda, todos lo son!) cada vez que llegamos a casa de la calle, del autobús, del parque, cada vez que manipulamos alimentos o enseres relacionados con ellos, después de hacer uso del baño, en cualquiera de sus modalidades, no compartir ni vasos ni botellas con otras personas, ni andar besuqueando perritos ni otras mascotas que olisquean culos de otros perritos y otras mascotas, ....joder, todo lo que nos decían cuando íbamos a párvulos. Higiene, higiene e higiene y apagar la televisión. Y eso nadie lo recomienda.
No puedo evitar las náuseas cuando escucho las palabras huecas y el discurso demagógico con el que sacan conejos de sus chisteras algunos personajes que viven sobre un racimo de alcachofas de variado colorido. Estoy harto de que jueguen y trafiquen con mis derechos aquellos que hacen creer a los incautos, que los defienden y los protegen. Olvídense de mi, de mis hijas, de mis intereses; no ensucien mi orgullo con su palabrería de mercadillo de fin de semana, no insulten a mi maltrecha inteligencia.
Si no era suficiente todo eso, la actualidad viene complementada, además, con páginas y páginas de datos de locales comerciales, gimnasios, centros de masaje, restaurantes de lujo, clubes de copas donde volaban en sus datáfonos, cientos de miles de euros en formato de tar-jeta negra, opaca, asquerosamente manipulada por cuellos blancos con sus corbatas, cinturones y zapatos hermeses, loewes, luisbutones. Así, tambien yo puedo ser muy elegante, muy cool, muy fashion.
Torrentes!
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