lunes, 20 de febrero de 2023

El güisqui con mucho humo

Pues efectivamente, el güisqui, como el del chiste:

- Oye, a tí, ¿cómo te gusta el güisqui?

- A mí, con p...,s  y mucho humo.

Se está despachando la aniquilación de un Estado (qué larga se me está haciendo esta legislatura) y sobre una panorámica inquietantemente distópica destacan columnas de humo que se elevan desde la superficie. Solo falta la música tenebrosa, que no tiene por qué ser necesariamente mala. Valdría un  himno ya evocado aquí en otras ocasiones, el afamado The End, de The Doors, de la mítica Apocalypse Now. Total, el efecto especial es muy coincidente: bastaría añadir el aroma del napalm por la mañana. Cada cosa a su tiempo, todo llegará.

Esa metafórica imagen, que sorprende a mi vista todos los días cuando sirvo el desayuno al gato que vive en casa, es la que acompaña al eco de las noticias que suenan en la radio de la cocina. Una permanente sucesión de humaredas amueblan mi visión del skyline. 

Cuando no es el humo de la ley del "sí es sí", es el de la ley de lo trans, o la del aborto, o .... O bien, ahora, de lo que más se habla es del barçagate. Humo, humo, humo, como el villancico pero todo el año y por no hablar, pese a la terrible gravedad de los hechos humeantes, de la desastrosa realidad de la situación económica, social y política que nos ha tocado vivir.

The End


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