Se ha ganado a pulso, a cincel y martillo, tanto las filias como las fobias dependiendo, sobre todas las cosas, de los colores de la camiseta, del cristal con que se mira. Para sus más fieles seguidores, como vacas aplaudiendo al tren, todo lo que hace, luce, viste o conduce es sencillamente maravilloso. Por contra, para sus más recalcitrantes detractores, todo en él es apostura, gomaespuma, vanidad tóxica, egocentrismo, grrrrrr....
En su descargo y a su favor habrá que tener en cuenta que pese a no tener un talento natural en tan alto grado como otros futbolistas legendarios, se ha hecho a sí mismo y que lo que exhibe se lo ha currado salvajemente, ganándose su espacio entre el gimnasio y una portería de fútbol, horas, días, meses y años de sacrificio y entrenamiento sin tregua. Se le reconoce por ser extremadamente escrupuloso con su dieta alimenticia, por su total abstinencia en el consumo de alcohol y por vivir permanentemente enfrentado a un espejo que le dicta las repeticiones de series de cada uno de los grupos musculares acompasadas con frases, panegíricos y loas -todo en primera persona- a su belleza física.
Me da absolutamente igual lo que haga fuera de los terrenos de juego que es lo único por lo que yo le he considerado siempre. Se fue del Madrid (y se equivocó, creo) precipitadamente y quizá fue por culpa de ambas partes. Desde entonces a la actualidad, la nada. Un paso sin pena ni gloria por el fútbol italiano y una vuelta a casa a Manchester donde su equipo, el United, ha visto como los nuevos tiempos de este deporte viven más de la explotación comercial de la camiseta que del historial deportivo de los clubes....y de la pasta gansa que ponga sobre la mesa el emir de turno.
Al margen de ello y regresando a georgino, superadas las estomagantes tardes en las que sus bicicletas y derechazos con el final feliz del gol precedían a un engominado reflejo frente a su espejito mágico le deseo -sin rencor- que le vaya muy bien, que sea muy feliz, que siga marcando muchos goles y que, además, extreme su cuidado respecto de su flota de vehículos ( y que no se los deje conducir a cualquiera, que 900 caballos pueden desbocarse con mucha facilidad)