Recordar lo más remoto de la vida de uno puede convertirse en un hábito casi vicioso. Si reflexionar sobre los pasos ya caminados produce excesiva satisfacción podríamos caer en un estado de nostalgia permanente y eso no parece muy saludable porque la tendencia es a comparar y muy probablemente alguno saldrá perdiendo.
Así, entre recuerdos y olvidos por lo menos seguimos andando el camino. La vida es demasiado corta como para perderla en revivir tiempos pasados, por muy felices que fueran, pero en ocasiones el futuro se muestra con muchas cargas y pocas alegrías.
Yo, por el momento, no me puedo quejar, como en modo retórico repito constantemente como saludo o como respuesta cuando alguien me pregunta - también retóricamente- sobre mi vida, estado o circunstancias.
La angustia, no obstante, me atrapa cuando repentinamente y en medio de una conversación aparece una espesa niebla sobre un nombre propio, un lugar concreto o un momento vital que la memoria, ocasional o permanente, ha borrado del registro general. Lo giras, le das mil vueltas, te quedas suspendido en esa duda mientras el resto de la conversación fluye con ligereza y no sale, no me sale, no nos sale...que no hay manera.
Al cabo de dos o tres horas y con el mismo grado intempestivo cae esa oculta palabra cuando ya es tarde y nadie te escucha.
La crueldad del olvido tiene una dispensa y ahora que ya tengo una cierta edad (José Y. dirás que todas las edades son ciertas y eso también lo es) creo que poco a poco me estoy ganando el derecho de uso de una licencia para olvidar. Sin que se aprecie mucho la diferencia ambos hábitos, olvidar y recordar circulan paralelamente en nuestros circuitos cognitivos y por lo que puedo observar la franja que separa los recuerdos de lo más remoto de los olvidos de lo más cercano es proporcional a los años que vamos cumpliendo.
En resumidas cuentas estoy muy orgulloso de conservar mis recuerdos más ancianos y prefiero vivir en ellos que recordar el pésimo e insultante arroz negro (cenizo) que me sirvieron el otro día en el club.
No hay comentarios:
Publicar un comentario