Enero, un año más, es para mi un mes de transición, como una etapa llana del Tour prevista para rodar despacito contemplando el bello paisaje. Cierro año y ejercicio presupuestario con perfiles muy similares. Llega el momento de recapitular y de resetearme, de volver a casa después de una larga marcha, después de unas intensas jornadas de entradas y salidas, de carreras de acá para allá, de tiendas, mercados, supermercados, de largas sobremesas picoteando caprichosamente, de andar tirando pellizcos a todo tipo de dulces, comicheando todo el día como si temiéramos que nos fueran a cerrar la boca con diez puntos de sutura.
Vuelve la calma y el momento de deleitarse con el ocio de no hacer nada sin que se note. Me explico. Gracias al horario escolar de mis hijas me levanto a la misma hora todos los días de lunes a viernes, antes de que suenen laos pitiditos de las seis y media de la mañana. Todo está muy oscuro. Un café con leche templadico, una tostadica con aceite del güeno, un primer vistazo a los titulares que vomita la pantallita a demanda del índice de mi mano izquierda mientras suena la voz de Herrera o de la Tortajada. Una ducha para alejar la tentación de volver a la cama, reparto escolar y.....todo el tiempo para mí hasta la hora de la comida, de las extraescolares y de la cena.
Muchos de los días, soleados y de temperaturas templadas, cumplidas las primeras obligaciones del día (atendida la exigencia gastronómica de la jornada), tomo mochila, bañador, toalla y libro y salgo echando chispas para mi playa. Por supuesto que el agua está fría -no lo negaré- pero la mera contemplación del mar desde la orilla es ya una invitación formal a tomar el baño como una especie de ritual sanador y purificador y no puedo resistirme. Y ver el litoral que me rodea con el agua a la altura de la barbilla es ciertamente reconfortante y satisfactorio. Como acertadamente bautizó Rafa A. el water challenge 2019 cumplido un día más. No hay apenas olas y al tiempo que voy introduciéndome, sin prisas pero sin pausa, se aprecia la transparencia del agua y se muestra el fondo con todo su detalle. A veces no pasa de un fugaz chapuzón.
De esta manera, sentado plácidamente en ese entorno logro zafarme del hastío que me producen los titulares. La degradación de la política en general y algunos casos particulares de todos los días están empezando a hacer mella y estoy perdiendo el poco interés y confianza que me queda en esa clase política que nos ha tocado soportar.
Por otra parte las luctuosas y trágicas noticias de Paris y de Totalán, obligan a necesarias reflexiones sobre la caprichosa atracción de la fatalidad sobre gentes sencillas, inocentes y discretas. No parece justo pero siempre es así. Al conocer los perfiles de esas víctimas no puedo evitar buscar razones y motivos para seguir intentando hacer la vida agradable a los demás, hacer el bien, ayudar y servir...y seguramente valdrá la pena seguir siendo como es uno y no permitir que esa sensación de injusticia e infortunio espante las buenas intenciones.
Me quedo así, en mi orilla, observando como las pequeñas olas que está trayendo el embat mediterráneo bailan al son de la música que suena en el pequeño altavoz....hay que vivir minuto a minuto
https://youtu.be/xFemhYJ5rrY
Muchos de los días, soleados y de temperaturas templadas, cumplidas las primeras obligaciones del día (atendida la exigencia gastronómica de la jornada), tomo mochila, bañador, toalla y libro y salgo echando chispas para mi playa. Por supuesto que el agua está fría -no lo negaré- pero la mera contemplación del mar desde la orilla es ya una invitación formal a tomar el baño como una especie de ritual sanador y purificador y no puedo resistirme. Y ver el litoral que me rodea con el agua a la altura de la barbilla es ciertamente reconfortante y satisfactorio. Como acertadamente bautizó Rafa A. el water challenge 2019 cumplido un día más. No hay apenas olas y al tiempo que voy introduciéndome, sin prisas pero sin pausa, se aprecia la transparencia del agua y se muestra el fondo con todo su detalle. A veces no pasa de un fugaz chapuzón.
De esta manera, sentado plácidamente en ese entorno logro zafarme del hastío que me producen los titulares. La degradación de la política en general y algunos casos particulares de todos los días están empezando a hacer mella y estoy perdiendo el poco interés y confianza que me queda en esa clase política que nos ha tocado soportar.
Por otra parte las luctuosas y trágicas noticias de Paris y de Totalán, obligan a necesarias reflexiones sobre la caprichosa atracción de la fatalidad sobre gentes sencillas, inocentes y discretas. No parece justo pero siempre es así. Al conocer los perfiles de esas víctimas no puedo evitar buscar razones y motivos para seguir intentando hacer la vida agradable a los demás, hacer el bien, ayudar y servir...y seguramente valdrá la pena seguir siendo como es uno y no permitir que esa sensación de injusticia e infortunio espante las buenas intenciones.
Me quedo así, en mi orilla, observando como las pequeñas olas que está trayendo el embat mediterráneo bailan al son de la música que suena en el pequeño altavoz....hay que vivir minuto a minuto
Hey, don't you worry, I've been lied to
I've been here many times before
Girl, don't you worry, I know where I stand
I don't need this love, I don't need your hand
I know I could turn, blink, and you'd be gone
Then I must be prepared any time to carry on
I've been here many times before
Girl, don't you worry, I know where I stand
I don't need this love, I don't need your hand
I know I could turn, blink, and you'd be gone
Then I must be prepared any time to carry on
No hay comentarios:
Publicar un comentario