Razones tengo (por lo menos diez) para pensar, para estar seguro, de que hay que aprovechar al máximo la vida, todos sus días, todas su horas. Desde muy tempranito.
Parecerá un tanto moña pero es delicioso despertar por la mañana por los trinos y gorjeos frenéticos de golondrinas y vencejos. El sonido y el placer de poder escucharlo. Especialmente si es sábado. Poder darse la vuelta en la cama, colgarse el pinganillo abandonado de madrugada sobre la almohada, descuidadamente, donde caiga. Acaban las noticias de las ocho en radionacional, el parte que antaño dirigía Victoriano Fernández Asís que remataba su ronda de corresponsales internacionales con su "Berlín, Londres, Nueva York, París, Roma, Viena....hasta mañana". Y a coro, aquellos: "Hasta mañana Madrid". Entra ya Pepa y la primera pista de las palabras anagramadas. Qué difícil, a veces....
Brinco con ambos pies hasta la alfombra. Es sábado y hay mucha vida por delante; toda la vida. Reina un rotundo silencio en buena parte de la casa y un sol tibio y amable entra ya en el salón. Desayuno frugal, ducha rápida y a la calle.
Los sábados, en esta época del año, son artículos de lujo. Ojito que no empiecen a cobrarnos por vivirlos. Compra rápida en el súper, vuelta a casa, jugar dos horas de buen tenis sobre una pista de tierra batida que agoniza (¿hasta cúando?). Al mediodía, un par de vermús de Izaguirre, un arrocito meloso de sepia y marisco en casa y de postre tenis en la televisión; ATP Roma para ver en el salón. Lástima que Rafa Nadal cayó ante Thiem. Nos quedaba Muguruza pero en veinte minutos una dolencia inexplicable le hace abandonar. Bueno, ya vendrá otra. Estiro las piernas sobre mi alfombra afgana y me sumerjo en la tableta: prensa y blog.
Los sábados, en esta época del año, son artículos de lujo. Ojito que no empiecen a cobrarnos por vivirlos. Compra rápida en el súper, vuelta a casa, jugar dos horas de buen tenis sobre una pista de tierra batida que agoniza (¿hasta cúando?). Al mediodía, un par de vermús de Izaguirre, un arrocito meloso de sepia y marisco en casa y de postre tenis en la televisión; ATP Roma para ver en el salón. Lástima que Rafa Nadal cayó ante Thiem. Nos quedaba Muguruza pero en veinte minutos una dolencia inexplicable le hace abandonar. Bueno, ya vendrá otra. Estiro las piernas sobre mi alfombra afgana y me sumerjo en la tableta: prensa y blog.
La tarde va cayendo y la indolencia secuestra lo que resta de mi voluntad de permanecer más activo. La semana ha sido muy exigente y a última hora de este sábado, con la escasa luz mortecina que entra en el salón vuelven las golondrinas a pintarrajear el cielo con su histérica coreografía. Idílico hasta el babeo. Antes de las once de la noche ya cuento borreguitos.
El domingo, más motivos, más razones para vivir,...abrir la ventana y ver el mar del sur de España...
Queda por delante toda una jornada que puede traer importantes acontecimientos. El Fenerbahce hizo cuanto pudo para evitar que la jornada del domingo no fuera tan devastadora. Así y todo y sin esperanza de que ocurriera lo contrario, el Madrid se lleva finalmente la liga. Enhorabuena a mis amigos merengonetes, pero solamente a los que son mis amigos, no a todos los merengonetes, que hay algunos muy odiosos, tipo ronceros, alcalás y manusancheces y alguno más -muy próximo- que solo dicen sandeces y estupideces.
Y luego, para rematar un domingo cualquiera, para echarme definitivamente a la cama, lo otro, lo de "salvar al psoeldado sánchez...." buff, ¡qué pereza!
Pese a todo, razones tengo, por lo menos diez.
https://www.youtube.com/watch?v=pG5ENS0PjT4
https://www.youtube.com/watch?v=_g-dyXWUov8
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