viernes, 29 de julio de 2016

La niña Coppertone

Trajeron a esta chica para refrescarnos una tórrida tarde de julio. La culpa no ha sido solo de ella, ha contado con la colaboración necesaria de los digitales haciéndose eco de un fenómeno viral que arrasó en las redes sociales. Al final, en contra de lo pretendido, es decir refrescar la tórrida tarde, y por motivos más que obvios,  ha logrado el efecto contrario: hacernos arder. Me cuentan que ya hay iluminados informáticos ingeniando una aplicación capaz de capturar, en lugar de pikachus gilipollas,  irinas, kardashians, leticiassabater, -no, esa no, por Dios-  

Hace tantos años que debo suponer que tendría yo la misma edad que la niña del anuncio. Estaba en todos los carteles de carretera y en vallas publicitarias urbanas. Me trae a la memoria las frecuentes rutas de aquella época, toda la familia en el SEAT 1500, camino de Tarragona, por la antigua carretera nacional;  los imponentes Guardias Civiles con polainas y guantes blancos, sobre sus Sanglas 400 regulando el tráfico desde las costas del Garraf hasta la ciudad imperial. Cada pocos kilómetros aparecía la niña rubia del Coppertone, en la fachada lateral de alguna casa aislada, girada hacia atrás y aquel perrito juguetón que tiraba de la braguita del bañador hacia abajo. Ejemplo devastador de lo políticamente incorrecto hoy en día cuando hay que tener cuidado hasta a la hora de colgarlo de internet, incluso en este blog, aunque se trate de un dibujo publicitario. En aquella España, mucho más casta que los E.E. U.U. costaría lo suyo ver esto en cada curva de la carreteras y en cada escaparate de las farmacias.




Es verano y debe ser que vale todo. Se va perdiendo, en general, aquel viejo pudor que nos ha protegido hasta ahora contra determinados posados prescindibles y escenas indecorosas. Hace poco he borrado directamente -sin reenviar- de mi guasap, una foto trucada de cierta alcaldesa en pelota picada el día en el cual, con orgulloso alborozo, celebraba la brillante ocurrencia de permitir el nudismo en las piscinas municipales. Oh! Qué gran avance para la humanidad. Debía ser que había una verdadera e incontenible demanda social para lograr este importantísimo hito. Pues que voy yo a decir; que la alcaldesa, como la mayoría de los mortales ganamos mucho vestidos y ya si acaso,  en la intimidad...

En cualquier caso, siempre nos quedará Irina Coppertone (sin perrito, que no le hace falta) "sorprendida", pobrecita ella, en un naturalísimo posado veraniego, pero en la piscina de su casa, supongo.



Es preferible solazarse con esta imagen mientras esperamos la portada de los periódicos - que no acaba de llegar- anunciando que, por fin, tenemos un Presidente de Gobierno, con la duda de si obtendrá o no el respaldo suficiente para empezar a trabajar, que falta hace, y empezar a recuperar su dignidad  la clase política y  la respetabilidad de los ciudadanos serios y responsables que esperamos que se cumplan las reglas de la democracia. La amenaza del caos no solo es que siga frente a nosotros, al otro lado de la calle, es que se acentúa por momentos y comienza a ser insoportable, entre otras cosas porque algunos políticos empiezan a mostrarse también desnudos, sin envoltorios superficiales y falsos, tal y como se han concebido a sí mismos, y resulta tan fácil dejarse llevar, uno por el machismo verbal violento (¿a quién crees tú que vas a poder azotar, machote? mucho arroz para tan poco pollo, no te parece?) otros - consejos vendo, que para mí no tengo- achacando la culpa  de sus incumplimientos legales al manido "sistema"  y eludiendo así su responsabilidad, ¡cuánta gallardía! y para poner la guinda, el Parlament Catalán..... anunciando ya el cat.exit

Nada nuevo bajo este sol de justicia del mes de un julio que se despide, en lo político y social, con más sombras que luces, con temperaturas en la península, al parecer, que han batido todos los registros y que en este maravillosa isla ha respetado nuestros sueños reparadores. Veremos agosto.

viernes, 22 de julio de 2016

El ñu cazado por las leonas

Deberíamos aspirar a vivir en un entorno reconocible que solamente fuera cambiando, en cualquier caso,  al albur de nuevas necesidades, de nuevas tendencias arquitectónicas y tecnológicas pero respetando, en la medida de lo posible, el legado que nos dejaron la historia y nuestros mayores, sin que nuestras calles y plazas alteren sus nombres cada cuatro años. Frente a este deseo se opone el empeño de los recién llegados a la política del siglo XXI por cambiar el rumbo de la historia, me temo que desde el revanchismo, y que sería legítimo si fuera proyectándolo hacia un futuro común, pero que queda huérfano de sentido cuando tiene por objeto reescribir nuestro pasado. Y todo ello, tomando la debida distancia, reubicándonos en  las actuales situaciones social, económica y política internacionales, resulta todavía más absurdo. Que no nos pase nada, porque veremos quién viene a rescatarnos.

Alguien anduvo buceando en este blog en los pasados días y pescó antiguos posts. Gracias. Debió de merendar un buen arroz de bogavante, bailó en la cocina junto a Mick Jagger, tomó el 7 de la emeté de Palma y se topó con el tipo raro que viajaba en él, escuchando los agudos acordes del Lazy  de Deep Purple. Vaciló a la hora de decidir si acudir o no al encuentro con las urnas el pasado mes de junio, respiró la brisa fresca de un atardecer de primavera y le despertó la algarabía de cientos de golondrinas atareadísimas con el catering de sus polluelos. Me sonroja descubrir que mi blog sigue llamando la atención de fieles amigos y familiares a punto de alcanzar las catorce mil visitas desde aquel mes de noviembre de 2013, tan próximo, pero tan lejano.

El proyecto de la gran Europa se tambalea como ese ñu cazado por una manada de hambrientas leonas y desangrándose por el bocado de una de ellas que le arrancó de cuajo sus testículos. Es duro escribirlo así - y supongo que leerlo- pero esa imagen, disponible en youtube, me ayuda a expresar la impresión que me provoca la contemplación, a día de hoy, de la Unión Europea, sacudida por el arrebato británico, por la inquietante actualidad de Turquía y amenazada permanentemente por un fanatismo supuestamente religioso que genera miedo y desolación. Y si caemos en la cuenta, no relaja excesivamente saber que, tal vez, el factor corrector -el pendulazo- de la situación internacional se gasta un cómico flequillo rubio al otro lado del Atlántico...

Será cuestión de cerrar los ojos y dejarse llevar por la laxitud que provoca el aumento de las temperaturas a este lado del Mediterráneo, taparse los oídos con un par de auriculares y relajar toda la tensión. Disfrutemos del verano, cenando a la fresca en buena compañía, a la luz de velas y alejados de las miserias humanas de los malos políticos que seguirán traficando con síes y noes altivos y malsonantes, ofensivos como escupitajos a la cara de quienes seguimos creyendo fielmente en un sistema -el sistema- el que nos ha traído hasta aquí desde tan lejos y que parecen no querer respetar quienes pretenden desenterrar discordias extemporáneas que descansan en fosarios desde hace ya ochenta años. Monolito sí, monolito, no. Qué más da. Libre ya de toda simbología política, forma parte del paisaje en el que los ahora ancianos del parque besaron por vez primera y por el que pasearon a sus hijos primero y a sus nietos después. Dejemos que siga proporcionando sombra a los primeros pasos de sus bisnietos. En paz.

Me parece bien el resultado pero no deja de parecer ciertamente paradójico que el hijo rebelde que amenaza con no querer estudiar ni ayudar a poner la mesa, que castiga no asistiendo a la misa del domingo con el resto de la familia ni acude a comer con los abuelos, se ahorre los remilgos a la hora de extender su mano abierta, palma hacia arriba, para recibir su paga semanal; el sustento que corresponde por constituir grupo parlamentario propio. Ya está bien.

Mientras tanto, la civilización presuntamente intelectual, culta y formada de este occidente tan cool se entretiene cazando pokemons. Definitivamente, ese tren no puede llevarnos demasiado lejos y a mí me está entrando una irresistible necesidad de romper el cristal de la salida de emergencia y saltar en marcha. Vaya cuelgue! 

Collage grosero.

Un duende gamberro y chapuzas del blog cogió unas tijeras y un periódico del jueves...
 




jueves, 14 de julio de 2016

Francina Portet

La víspera.

La víspera de mi cumpleaños me solazaba con la contemplación del todopalma (y unos píxeles de mar)  desde la terraza de mi casa, cervecita a la derecha, tableta en mano. Escuchaba los trinos de las últimas golondrinas, antes de que echen a volar los jóvenes alevines. Su chisporroteo incesante, casi histérico,  envuelve mi calle en algo similar a un parque ornitológico. Me asomo y ante la proximidad de algún nido, mi mera presencia en el balcón parece amenazar a una madre que aún procura la merienda de su polluelo. Le perturba mi silueta inmóvil y se lanza sobre mí y tengo que llegar a echarme hacia atrás para evitar un picotazo. Es el pequeño gozo de todas las tardes. Retomo mi tableta y sigo picoteando letras, palabras, párrafos. textos....



Dora la exploradora

- Dorita, cariño, acábate el colacao.
- Pasa de mí, tía, mamá, no me des le brassssssa, colega..
- Venga que llegarás tarde al colegio.
- Qué peñazo (u otra cosa que rima y pinta más contundente). Que paso del cole, tía, mamá, de las p...monjas, del Papa (Santo Pontífice), del Obispo y de los fachas de la Delegación...
- Au,venga, atloteta, no seas pesada Dorita que has de aprender para ser algo el día de mañana, que las cosas se pondrán muy difísiles...
- Pa qué estudiar, tía, mamá, no ves que a la universidad solo pueden ir los pijos y las pijas, niños y niñas de papá (progenitor) con su coche y su bolso de Loewe. Y, además,  yo quiero estudiar medicina en catalán, però.

Dorita salió finalmente de casa y camino del colegio se topó con su pandilla que volvía de farra. Apenas les empezaba a asomar una incipiente pelusilla por encima del labio superior, pero aquellos chavales ya mostraban hechuras de lo que iba a ser su proyecto profesional.

- Hey, colegas, ¿cómo os va? ¿De dónde venís a estas horas?
- De un botellón y una fumada colectiva. Este que ha ido a pasar unos días a Holanda y...
- Qué guay -dijo Dorita juntando las puntas de sus plataformas, relamiéndose los labios y esbozando su grosera risotada al tiempo que daba un par de palmazos en el aire-
- Me voy con vosotros, paso del cole

Y así le fue. Y así nos va.

Leo Messi

Que quede bien claro: yo no soy Leo Messi. (tampoco fui jamás Rubianes, ni Charlie Hebdo, ni nadie más que yo mismo y mis circunstancias). Sería muy tonto si,  dejando casi un tercio de mis ingresos en Hacienda (de lo cual me alegro puesto que, desgraciadamente, hay muchos españoles que no pueden porque no ingresan) me sintiera solidario con quien, ¿deliberadamente? no ha atendido sus obligaciones fiscales. Dicho esto, tampoco entiendo esas campañas emprendidas desde algunos medios deportivos tratando de hacer leña del árbol caído. Y de ahí a ser acusado de actuar como un capo... y criticado por tontos amparados por su condición de periodistas deportivos en medios de divulgación nacional que no han digerido jamás los triunfos del Barça en general y de Messi en particular. Es como si hubiesen designado como Jefe de la Inspección a Mourinho y  a Pepe, como inspector, a marcar a Leo en el centro del campo. Lo lleva claro. No volverá a tocar el balón y en cuanto pueda emigrará a Italia, porque por los efectos del brexit dudo mucho que los clubes británicos sigan en condiciones de tirar la casa por la ventana en fichajes galácticos. Bien que lo siento, ciñéndome exclusivamente a lo que ocurre cuando la pelotita está en movimiento, pero mientras, que pague su deuda y que cumpla, que para eso lo cobra.


Eurocopa

Entre lo visto y lo ni siquiera insinuado, esta Eurocopa no pasará a la historia por la brillantez del juego. A Portugal le ha pasado como al Madrid (y que me disculpen mis amigos merengones, que tenerlos, los tengo); pues que les ha salido casi gratis total. Se plantan en la final sin apenas despeinarse - excepto Ronaldo que iba perfectamente repeinado y maquillado- . ¡Qué grima! No celebré su lesión, todo lo contrario. He sido deportista toda mi vida y amo el deporte y por tanto jamás me alegraré de la eliminación de un deportista por una inoportuna lesión. Por contra, si que le he escuchado a mucho deportista de sofá, birra y pantuflas desearle una "buena triada al s.... de Messi"

Francina Portet
 
Arrastrada por su sectarismo talibán y lastrada por sus singulares convicciones democráticas y por el trágala impuesto por sus socios de gobierno ha decidido dar una vuelta más de tornillo imponiendo el uso del catalán, no ya en lo público, sino también en el sector privado, vetando el uso del castellano en comercios y negocios de iniciativa privada y en la atención de clientes, pacientes, turistas, etc... El proyecto exige el uso del catalán como requisito para la concesión de licencias comerciales y recomienda expresarse en esta lengua en el ámbito comercial incluso a quien, tierra de marcado destino turístico, viene de fuera.  Pues veremos lo que tardan los camareros carpetovetónicos en soltar mamporros budspencer en las narices de los más radicales. Democracia y salud a raudales y respeto por los derechos constitucionales.


Me están entrando unas ganas de votar por tercera vez....


 


viernes, 8 de julio de 2016

El último de El Último la Fila.

En desagravio al bueno de  Manolo García me pasé la mañana del martes con el espotifai a toda tralla reproduciendo casi toda su música y parte de la discografía de El último de la fila. Mi apego por este grupo ha sobrevivido a una constante pugna de sentimientos encontrados. Hay canciones muy emblemáticas -es el caso de Sara o Insurrección- que han sonado como himnos de una generación de españoles que, a estas alturas del partido, ya peinamos canas (los que tenemos la suerte de poder peinarlas todavía). Bueno, mi querido Pedro G., ultimofilero radical junto con su/mi Lola B, ya las peinaba con veintipocos años. Hemos bailado muchas de sus canciones. Me gustaba su música, sí, pero no podía con la imagen de Manolo García, con cara de minyona de l'eixample, cuando se dejaba llevar por su propio ritmo y agitaba su brazo izquierdo de arriba a abajo, con la palma de la mano extendida hacia su cuerpo, hasta chocar con la cadera. Un baile chusco. En resumidas cuentas, en mi aprecio por este grupo existe una contradicción total por lo que me ha gustado su  sonido y lo poco que me ha interesado su imagen. Tampoco era soportable el aire pseudoestupendísimo de Quimi Portet, como ausente de cuanto le rodeaba y ciñéndose a su papel de músico sin apenas voz. 

De sus antecedentes penales apenas tengo muchas referencias, salvo aquel sonado Huesos de su  grupo génesis, Los Burros y poco más. En la segunda mitad de los ochenta aparecieron sus mejores canciones y cuando suenan en la radio, musito los estribillos al tiempo que mi mente me traslada a la dorada treintena. Qué tiempos!

Manolo García, después de sobrevivir a El Último de la Fila, inició su carrera en solitario pero de Quimi Portet nada sabemos, o muy poco, para ser exactos. Sabemos, sí, que las rentas de sus canciones -en castellano, por cierto- le darán para algo más que ir tirando y de vez en cuando para poder hacer algún viajecito en barco a Menorca.  Y como comprometido activista de la cosa catalana entenderá que está en la obligación de aprovechar las torpezas y cazurrerías de algunos sujetos para añadir más leña al fuego. Que un camarero carpetovetónico no quiera darle muestras de mínima tolerancia ni entendimiento al serle pedido un  cafe amb llet -no parece muy difícil de entender- en una línea marítima entre Balears y Catalunya no debería llevarles más lejos que  a un gesto de rectificación de alguno de los dos. La publicación inoportuna (y cobarde) en redes sociales del retrato del camarero ha desatado una nueva polémica porque hay gente dispuesta a crear ambientes de hostilidad. Habría sido mejor, ya puestos, que hubieran ventilado sus diferencias a guantazo limpio, a ser posible con el inconfundible estilo Bud Spencer, sobre la barra del bar y con las narices ensangrentadas hubieran tenido que lamerse cada uno sus propias heridas en el servicio del barco y no haber trascendido el penoso incidente al público conocimiento de una sociedad ya suficientemente castigada por muchos líderes políticos empeñados en prolongar la batalla de las lenguas y de absurdas superioridades genéticas, culturales, etc. Que les den a ambos, al ex-músico y al camarero.

En fin, no me quiero mostrar como un experto en este grupo musical (ni en nada, sencillamente porque no lo soy) pero me gustan sus canciones, evitando a ser posible, la imagen de Manolo García bailándose. Hace más de veinte años, cada madrugada, dejaba mi burro amarrado a la puerta del baile y en aquellas noches era yo quien le bailaba....a la misma a la que sigo bailando

"Baila conmigo, amor, que soy muy cariñoso, guapa,
que aunque muy chico y muy feo, piloto de aeroplano soy.
Llévame al cine, amor, y a comer un arrocito a Castellón
si total son cuatro días, "pa" qué vas a exprimirte el limón."


viernes, 1 de julio de 2016

Port de Sóller

Lo decidimos y lo llevamos a cabo el año pasado con una escapada (una fuga en toda regla) a Menorca. Este año, también. El primer fin de semana sin cole, para liberar todas las tensiones del curso escolar, un par de días de carácter peloponésico, sin prole y de no fijarse mucho en el reloj, ni en el menú, ni en el súper. Sentarnos delante del mar, dejándonos llevar por la sinuosa danza de las olas y de la brisa de las últimas horas del día. Abonarse a la contemplación de las puestas de sol sin más prisa que la que imprime el propio ocaso y su reflejo menguante en la superficie del mar. Que hay apetito, se cena, que hay sed, se bebe, que hay amor, si hay amor, se besa, sin prisa, sin pausa...¿Y por qué no?

Ya salió otras veces en este blog. El Puerto de Sóller se encuentra al final de un túnel/peaje de los más caros por kilómetro lineal, (no es para tanto, de todos modos, pagar cinco euros por trayecto si al final te encuentras a las puertas del paraíso. Si fuera por preservarlo de su consumo masivo, deberían triplicar su precio). Está muy cerca de casa pero, tras casi tres días de estancia, al regresar, parece que volvamos de un país lejano, con una población cambiante en cada momento del día, predominando alemanes e ingleses.

Allí hemos vivido los momentos inmediatamente posteriores al brexitazo sin apreciar que ninguno de los turistas británicos accidentales mostraran voluntad alguna de tratar de emular a sus insensatos cachorros con la práctica del balconing: el deporte nacional  -habitualmente de tentativa única- que se empeñan en perpetrar, no en sus países de origen, sino en los hoteles de Baleares. Todo lo contrario, los veteranos, muchos de ellos contemporáneos de su Graciosa Majestad, - o incluso mayores que ella-  si amenazan con algo es con quedarse; tontos no son.

Llegan docenas de turistas europeos cada cinco minutos en un atiborrado tranvía procedente de Sóller. Se apean en un extremo de la coqueta bahía y empiezan a hacer cola mientras van desembuchando puñados de euros a la carrera, para proyectarse fugazmente hacia las taquillas de venta de billetes para tomar los barcos que les llevan a Cala Tuent y la Calobra, o bien aposentan sus reales en las primeras terrazas desde mucho antes de las doce del mediodía para dar buena cuenta de paellas, pizzas, doradas de ración, cerveza o sangría y helados. Compran sombreros, cestas, abarcas y gafas de sol.




Echan a andar de norte a sur y de sur a norte, junto a la orilla, esquivando bicis, patinetes eléctricos, monopatines y más tranvías que siguen vomitando excursionistas. Los vagones llegan reventones desde primeras horas del día y marchan vacíos. A partir de media tarde se produce la inversión de caudal. Llegan vacíos y se alejan del Puerto hasta las trancas, sacando los pasajeros sus móviles, palos-selfie y sus cabezas por las ventanillas, para contemplar la que, tal vez, sea una de las más espectaculares postales de Mallorca.



A partir de las últimas horas de la tarde quedan dos tipos de residentes: los que viven y trabajan allí todo el año -a destajo, los meses de verano-  y los que se alojan en los escasos hoteles que ofrecen una espectacular y casi permanente exposición al sol. Muchas familias y mucho veterano colapsando las terrazas de todos los restaurantes del Puerto y disfrutando de la excelente oferta gastronómica.

Nosotros tenemos nuestras propias preferencias y hemos sido tenaces y reiterativos hasta la saciedad a la hora de disfrutar de uno de los más emblemáticos, Es canyis. Además del trato exquisito de Patrice, Angelita y Anette, ofrecen una buena propuesta de pescado de barca -de la mar a la parrilla- y de una de las mejores paellas de la zona; la de pescado y marisco, a precios más que razonables. Se han especializado, además, en el uso de la mandolina y confeccionan un carpacio de pulpo a la gallega o una ensalada tibia de sepia que merecen su degustación.



Disfrutar de una buena mesa no está reñido con tener prácticamente los pies enterrados en la arena y comer envueltos en una agradable brisa marinera asistiendo a un permanente desfile de smartphombis. Nos deleitamos con un buen blanco de la tierra y una copita de Angel d'Or,  gentil licor de naranjas de Sóller que, por su efecto balsámico, nos mece durante la larga sobremesa hasta la hora de volver a sentarnos, después de un baño reparador y cambio de ropa, esta vez en la mesa de Doménico, sin duda uno de los factótums del Puerto. Se esmera en la preparación de una voluminosa ensalada que supera ampliamente nuestras expectativas a base de un variado surtido de lechugas de todos los colores y texturas, frutas, frutos rojos, frutos secos, queso de cabra y nos sorprende con una muy correcta pizza de jamón, parmesano  y rúcula....Pasan las horas y Doménico habla y nos detalla con total familiaridad su pequeño entorno solleric. Mejor, en cualquier caso, que nos abrace con su oratoria a que intente abarcarnos con sus brazos. Podríamos morir. Buen tipo, honesto y trabajador a jornada completa.


Disfrutábamos quizá del último sorbito de buena vida y nos agarrábamos a él con el ánimo de no dejarnos llevar por el pesimismo generalizado de muchos de los comerciantes locales ante el encuentro de ese domingo con las urnas. Trataba de limpiar de mi mente los malos augurios a los que parecía querer acompañar hasta el clima del día, nublado y ventoso. Recompuestos con el desayuno iniciamos la ruta desde la Base. Tal y como nos temíamos, riadas de turistas recorrían ya el Puerto desde las primeras horas del domingo. El mal estado de la mar ha dejado a los barcos azules amarrados. Hoy no habrá excursión. Desayunarán, merendarán, almorzarán, tomarán helados, cerveza y vino y los comercios venderán gafas, chancletas, bolsos, sombreros, etc.

En nuestro paseo alcanzamos nuevamente, sin habérnoslo propuesto, la playa de Es repic. Buscando un lugar para comer, antes de volver a casa -entre otras cosas, para depositar nuestras papeletas- el olfato y la intuición nos lleva al Café bistro Don Pedro, un pequeño local con pocas mesas y una zona de terraza. Ratifica la opinión: la comida rápida no está reñida ni con la calidad, ni con el buen gusto y muchísimo menos con el trato amable y generoso del personal que atiende. Una variada carta cuya especialidad son las hamburguesas y entre ellas, la pampeana, de vacuno argentino, envuelta en un excelente panecillo y acompañada de original guarnición en su presentación en mesa y complementada con crujiente beicon, aguacate y provolone. Y además, muy barato.  


Terminaba el fin de semana y ya con melancolía,  echando la vista hacia atrás, dejábamos un enclave turístico de calidad y con ofertas y propuestas de ocio dignas y aptas para un turismo muy conveniente que deja buena parte de sus gastos de viaje en locales y comercios de carácter muy familiar regentados por personas que parecen disfrutar con su trabajo y dejan poco espacio a la especulación. Y siempre con una agradable y amable sonrisa. Que sigan así muchos años.

Nombres que remueven la memoria

La primera que yo recuerdo fue una pequeña y coqueta Iberia blanca. Sobre una de las encimeras de la cocina, resultaba muy atractivo para in...