lunes, 22 de febrero de 2016

No todo está perdido


Quiero hacer contigo                 

lo que la primavera hace con los cerezos


Pablo Neruda.


En pulcra y esmerada mayúscula, escrito con tiza blanca sobre el asfalto, de lado a lado y en todo el ancho de la calle. Apenas despunta el alba y por tanto confundido en su penumbra, a la salida del colegio, tras dejar en él a mi hija mayor, todos los días reparo en algo escrito en el suelo, bajo los faros del coche.  A esta hora pocos alumnos acceden todavía por esa puerta. Siempre, si acaso, la misma chiquilla de andares pesados, cuesta arriba, sola en su rutina, con la mochila clavada en su espalda.



Todos los días lo veo pero me falta tiempo para leerlo. Además está escrito en sentido contrario a mi marcha, lo que me obligaría a detener mi vehículo.

El jueves leí la primera palabra de la primera línea; "QUIERO... 

Se asemeja a  esas pintadas sobre el asfalto que figuran en los finales de etapa en alto de las grandes pruebas ciclistas y que tratan de animar a los reyes de la montaña, espoleados, además, por esos tipos cansinos que -torso desnudo o disfrazados de batman o de conejito duracell- agitan todo tipo de banderas mientras corren de espaldas y cuesta arriba, también, junto al sufrido pedalista.

Es zona de grafitis y de grafiteros de madrugada -gatos Silvestres, negros de panza blanca, de callejón-, de muchachos de litrona y de cena en el mçdonalds de esa misma calle. Muchos lunes encuentro mil pedacitos de cristal de botellas de ginebra o de whisky estrellados contra los muros ensuciados con multitud de espantosos dibujos -no exentos de cierta calidad algunos, justo es reconocerlo- y eslóganes pseudo-revolucionarios.

Los leen y los padecen alumnos, padres y madres del colegio porque se exhiben impúdicamente y nadie los borra. Algunos, la mayoría, podrían resultar ciertamente ofensivos pero ahí siguen.

El viernes pasado logré hurtarle dos minutos a esa etapa diaria de casa al despacho con meta volante en el cole. Detuve el coche y, sin bajarme de él, leí el resto y quedé gratamente sorprendido. Lo escribiría un azorado adolescente dedicándoselo, supongo, a su adolescente amada y lo leeremos cada día otras cientos de personas pero solamente ella, al verlo, se arrobará en su propia congoja sabiéndose destinataria de ese pequeño verso en tiza blanca hasta que, tal vez en otoño, desvanecido ese amor  se lleve la fina lluvia su pintada.

Frente a la ponzoña en la que la corrupción y un cierto odio revanchista han convertido nuestra charca, no todo está perdido. Y si un joven arrebatado me hace regresar a los  20 poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda, aunque sea por un instante, lograré apartarme de esa insufrible cantinela diaria. Gracias, chaval.

Glory days

Viene Bruce Springsteen a España y actuará en Barcelona y en Madrid. Lo hemos sabido la misma semana en que volvía una veterana celebrity política de Baleares a los Juzgados de Palma a cerrar sus pactos con la Fiscalía (¿por qué? ¿es eso decente?) y ella misma lo ha reconocido a la salida. "He tenido días mejores". Hace más de veinticinco años la vi un día al volante de su flamante cabrio rojo, atusándose su larga melena, coqueteando ya con el poder. En otra ocasión la vi entrar en una de sus tiendas favoritas de la calle Serrano de Madrid. Oh! aquellos sus glory days (que ya no volverán)

A la edad, tal vez, en que las mujeres más que nunca necesitan dedicar el tiempo a sí mismas porque la piel perdió ya tersura y más se desnudan los años en rostro, cuello, manos..... lo dice escuetamente: "estoy viva y estoy presa"






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