Como muy bien dice Fran en su impecable blog (no acabo de bajarme de la bici y ya me está sometiendo a inacabables sesiones de entrenamiento, cuesta arriba, cuesta abajo, curva aquí, curva allá), el invierno está arreándonos sus últimos coletazos. Lo malo es que a juzgar por sus efectos, el "mandao" del bicho debe ser espectacular. Impresionan las imágenes de la semana pasada. En La Coruña, congrios y lubinas tomaban café en la Plaza de María Pita (copyright José Yañez); en el Sardinero, en Santander, un resignado empresario, con lágrimas en los ojos, declaraba que era la tercera vez que colocaba las cristaleras de su restaurante desde que empezó el año y en el Puerto de Sóller, Mallorca, las olas y sus rociones y espumajos amenazaban con engullirse la Base Naval.
Debajo de esa ola hay un faro que se eleva mas de veinte metros sobre el nivel del mar. (Gracias por la foto, Marga)
Las rachas de viento de sesenta y ochenta nudos estuvieron a punto de hacer añicos un F18 de nuestra Fuerza Aérea en Son San Juan, Palma de Mallorca, el mismo día en que yo debía volar (vaya si volé) en el helicóptero de la Benemérita a Ibiza. Las Vírgenes del Loreto y del Pilar, de servicio, como siempre y cogidas de las manos, protegían con sus mantos cortavientos, las misiones de militares y guardias civiles. Los compañeros del piloto del caza fueron desviados al Aeropuerto de Ibiza, donde lograron sobreponerse del susto junto a nuestro helicóptero, a la espera de poder regresar a Palma de Mallorca.
Reencuentro forzado por el duro viento
En otro orden de cosas, sigue goteando la presencia en mi mente de la misión de Afganistán. Cada día me sacude un recuerdo o un motivo que me trae a la memoria los buenos momentos que pasé allí. Todavía es un tema de conversación cuando me encuentro con algún amigo o conocido que se sorprende por verme ya junto a mi familia. Además el grupo de correo electrónico y de whatsapp con muchos de los leones muy activos* mantiene encendida la llama de esa experiencia. Ayer, viendo por televisión "Green Zone", aunque en otro escenario (Irak) y en otro tipo de misión, muy distinta a la mía, afortunadamente para mí, volví a reencontrarme con uniformes, vehículos, ambientes y personajes muy presentes en mi memoria.
Queda, como poso del fin de semana, un gran contraste, tras una reflexión sobre el esfuerzo y el sacrificio de muchas personas en la vida real (los personajes de la película representan fielmente hechos reales) y la indolencia de unos niñatos millonarios que deberían tener la decencia de justificar, en mayor medida, sus bochornosas ganancias(no quisiera mencionar la palabra "sueldo"). Qué gran decepción y qué gran desencanto comprobar como los jugadores del torpe Tata se empeñan en escupir sobre su laureado palmarés de los últimos años.
Lo sigo diciendo; el Tata no mola.
Reencuentro forzado por el duro viento
En otro orden de cosas, sigue goteando la presencia en mi mente de la misión de Afganistán. Cada día me sacude un recuerdo o un motivo que me trae a la memoria los buenos momentos que pasé allí. Todavía es un tema de conversación cuando me encuentro con algún amigo o conocido que se sorprende por verme ya junto a mi familia. Además el grupo de correo electrónico y de whatsapp con muchos de los leones muy activos* mantiene encendida la llama de esa experiencia. Ayer, viendo por televisión "Green Zone", aunque en otro escenario (Irak) y en otro tipo de misión, muy distinta a la mía, afortunadamente para mí, volví a reencontrarme con uniformes, vehículos, ambientes y personajes muy presentes en mi memoria.
Queda, como poso del fin de semana, un gran contraste, tras una reflexión sobre el esfuerzo y el sacrificio de muchas personas en la vida real (los personajes de la película representan fielmente hechos reales) y la indolencia de unos niñatos millonarios que deberían tener la decencia de justificar, en mayor medida, sus bochornosas ganancias(no quisiera mencionar la palabra "sueldo"). Qué gran decepción y qué gran desencanto comprobar como los jugadores del torpe Tata se empeñan en escupir sobre su laureado palmarés de los últimos años.
Lo sigo diciendo; el Tata no mola.
* Por cierto, Rafa, ¿será el tuyo el primero de un heroico "baby boom" post-misión?. Enhorabuena, campeón.
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