lunes, 31 de marzo de 2014

Del viejo, el consejo.

Tal y como era de esperar, ha sido una semana de paso fugaz y ya estoy de nuevo sentado a horcajadas en un nuevo lunes, con las riendas en las manos y dispuesto a trotar por las extensas praderas de mis obligaciones laborales. Podría ser peor. Algunos días, le digo a mi madre que cuando me siento en mi despacho, los caballos ya galopan desvocados a sus anchas. Recuperarlos resulta, a veces, muy complicado. 

El jueves pasado tuve ocasión de escuchar al archimediático gurú de la economía nacional y que viene recorriendo España desde el año 2008, de conferencia en conferencia y de plató en plató. Me refiero a Leopoldo Abadía. La proximidad del personaje; su edad, su sencillez y lo obvio de su discurso envuelve el evento con una indiscutible verosimilitud: te crees a pies juntillas todo cuento dice. Es indudable que cuenta con una gran ventaja: su independencia de pensamiento y poder presumir de un criterio "no subvencionado". Reparte a cada cual la estopa que le corresponde (ojo! a los bancos, los primeros) y resulta, además, muy convincente. 

Profundizando un poco en sus manifestaciones, publicaciones y en su blog http://www.viajeroninja.blogspot.com.es (visita que recomiendo) te asalta la gran duda. Siendo tan obvio todo cuanto dice, ¿por qué nos gobiernan (y nos han gobernando años y años) tantos insensatos? ¿En qué momento del tránsito de ciudadano normal (si alguna vez lo fueron) a personaje/cargo público (por tratar de ser genérico) con responsabilidad política, extravían el maletín o la cartera donde supuestamente llevan la sensatez? ¿donde olvidaron los donuts?

Con la esperanza de que algún día sensatez, buen criterio y calidad de trabajo se globalicen (como él expone) estoy contando los días para el próximo encuentro en este ciclo de conferencias, el último jueves del mes de abril. Esto promete.

En otro orden de cosas y cuando según lo dicho y oído, sería deseable una inmensa ola (un tsunami, diría yo) de honestidad que inundara la sociedad, resulta chocante, áspero y pestilente que la ciudadana C.C.C. (nada que ver con los cursos por correspondencia) me cite en sede judicial, (a mí  y a mi compañía de seguros)  por haberle ocasionado, con motivo de una leve colisión de tráfico hace ahora más de un año, unos terribles daños físicos, (valorados, -vamos, que con ellos se curarían-  en tres mil y pico euros). Hay quien trabaja, quien además juega a la lotería y esta dolorida conductora pretende el premio especial del  "CUPONAZO CERVICAL". Mentira y fraude que la legislación permite y que repercute negativamente en el precio de los seguros. Así nos va.

Ya nos veremos en el Juzgado, CCC  y ya tendremos ocasión de vernos a la cara. Según bajes tu mirada quedará retratado tu embuste y tal vez pueda desnudarse también el engaño de quien te aconsejó. Seguramente no llegaremos ni a la puerta, porque las compañías se habrán puesto de acuerdo. Eso es lo que pasa todos los días, unas cuantas veces, en muchos Juzgados de España. Don Leopoldo, cuántas ninjas! cuánto parásito!

lunes, 24 de marzo de 2014

Colçots y Sóller ( y....)

Pese a las amenazas de fuertes tormentas y lluvias, amaneció un domingo muy ventoso pero soleado. Al otro lado del túnel el cielo estaba encapotado pero el duro mistral reinante mantuvo a las nubes a raya y no llegó a caer ni una gota en toda la jornada.

Por tercera semana consecutiva aparece en estas modestas líneas el pueblo de Sóller y sus alrededores. Esta vez la excursión, más gastronómica que la anterior, nos llevaba a Biniaraix. Hectáreas de olivares escarpados que vamos dejando a ambos lados hasta llegar a una altitud desde la cual se nos proporciona una impresionante postal del valle, con Biniariax a nuestros pies, más allá Sóller y al fondo, de azul intenso y borreguitos encrespados, el mar.



Cada rincón, cada piedra del camino me lleva a recordar a mi amigo Iñaki, autor de uno de los mejores blogs que he leído nunca; http://delempordalaserradetramuntana.blogspot.com.es. Constituye un placer leerlo y dejarse llevar por la variada andadura de su recorrido. 

La visita de ayer, como digo, era gastronómica. El reencuentro anual con una tradición de quince años; la calçotada. Dos kilitos de salsa romesco, elaborada personalmente por quien esto escribe con arreglo a una receta que voy variando año a año y que en métrica y estilo libre aquí plasmo:

De la remojada ñora, su carne roja de la piel separamos
reservándola en un recipiente,  seca y sin ungüentos.
Asamos una hora y en horno alto,  ajos y pimientos
y los frutos secos, ya pelados, con paciencia trituramos.

Emulsionamos,  sin pellejos, los pimientos y los ajos
con la resultante harina de las almendras y las avellanas
añadiéndole la sal y el perejil que nos venga en gana
y, previamente fritos, del pan de víspera unos tajos.

En mortero y con paciencia y si no con batidora
con aceite y vinagre, generosamente regamos
la salsa de frutos secos, ajos, pimientos y ñora

Y así, por arte de magia y sobretodo tan fresco
con la textura, el aroma y el sabor apropiados
queda listo para comer y aviado, el romesco.


500 gramos del almendra tostada
250 gramos de avellana tostada
2 ó 3 rebanadas de pan frito
1 cabeza de ajo
2 ó 3 pimientos rojos grandes
5 ó 6 ñoras o pimientos choriceros (o ambos)
Un vasito de aceite de oliva (opcional)
Tres vasos de vinagre bueno (dos si es balsámico)
Sal y perejil (este también opcional)









Calçots, buenas carnes, buenos vinos, naranjas de Sóller y excelentes ensaimadas en una nueva jornada en contacto íntimo con la naturaleza.

A última hora de la tarde, aún llego a tiempo para vibrar con el excelente final de carrera de MotoGP. Qué dos últimas vueltas, con Rossi apurando sus opciones (pocas le quedan, creo) de volver a la cima y un gigante, Márquez, -su último adelantamiento, retrato en alta resolución del innegable relevo generacional-. 

Y como guinda especial......(...está bien, no hurgaré en esa herida)
A pesar de lo cual, no me apeo....el Tata no mola.


martes, 18 de marzo de 2014

Amigos y montaña

Cuando cada mañana Carlos Herrera da paso a su colaborador, Santi González, con su "buenos días, majetón", María y yo estamos ya en el coche, camino del cole. El sol, a esa hora, ya juega sus primeros hoyos en el campo de Golf de Son Muntaner. En breve, con motivo del cambio de horario, habrá un pequeño retroceso y volveremos a salir del parking en la penumbra de la madrugada. Por contra y afortunadamente para nuestro ritmo vital, las tardes serán mas largas y compensará absolutamente lo que se pierde por la mañana.

Empezamos la semana la "Expe", esa fantástica pandilla de padres y niños, con las pilas plenamente cargadas, después de un fin de semana disfrutando de la gran joya del Mediterraneo que es Sóller y sus alrededores; su Sierra y su Puerto, el mismo que intentó devorar un descomunal temporal hace apenas dos semanas y que acabó claudicando a los pies de ese monumento natural, Patrimonio de la Humanidad que es la Sierra de Tramuntana.


           Sección infantil de la Expe, instantes previos a la toma de la Sierra

Desde el Puerto de Soller, enfilamos la carretera que sube hasta el faro del Cap Gross. Ahí dejamos los coches. La vista es espectacular y se presenta como un apetecible aperitivo de lo que va ser la jornada de suave senderismo familiar. 


Con mucha dificultad logramos contener el nerviosismo de las seis proles; lo justo para fotografiarlas y lograr que también los adultos dejemos prueba gráfica de nuestra participación. 



Las siguientes dos horas se convierten en un paseo por una parte del sector de la GR-221, que atraviesa toda la Sierra de Tramuntana, entre La Muleta y Deiá. Rodeados de pinos y olivos centenarios  y acompañados en todo momento por un resplandeciente sol, el grupo de doce adultos y dieciséis menores disfruta de la  belleza de estos parajes.




En esta excursión se me presentaba una buena ocasión para sacarle partido a mochilas y otros efectos adquiridos en Herat. Absolutamente exitososa resultó una camiseta de "Camp Arena" y  algunos de los parches, que gustaron especialmente a los niños, muy receptivos a la hora de escuchar pequeñas historietas de la misión, fabuladas convenientemente. Escuchaban atentos y disparaban sus preguntas a una velocidad que yo apenas podía atender.

Después de comer y de la correspondiente tertulia campestre, tomamos el camino de regreso y seguimos disfrutando de la vista sobre el mar a la izquierda y sobre el valle a la derecha, con Sóller en primer término y al fondo, imponente, la propia Sierra. La velocidad de la marcha, marcada por la carrera de los más pequeños, en su ansiedad por llegar los primeros, hace que en esta parte de la ruta invertamos mucho menos tiempo. 



Una de las vetustas y señoriales " posesions" en medio de la GR-221


Ha sido una gran jornada de montaña que culminará con una exquisita, pero sencilla cena y un merecido descanso (reparador gintónico incluido)

La última etapa del fin de semana consiste en  un relajante paseo por el Puerto de Sóller y una mañana de cafés y conversación disfrutando del tibio sol de inicio de primavera en la lujosa compañia de excelentes amigos.

Para un urbanita como yo, dedicar un fin de semana a este contacto privilegiado con la naturaleza,  produce cierto remordimiento no haber sabido aprovechar, años atrás,  algo del tiempo de ocio para conocer todas las rutas de senderismo que albergan estas montañas. Nunca es demasiado tarde y me he propuesto, a partir de ya, dedicarle mas atención a esta joya tan asequible y próxima.



lunes, 10 de marzo de 2014

...y unas gotas de misión.

Como muy bien dice Fran en su impecable blog (no acabo de bajarme de la bici y ya me está sometiendo a inacabables sesiones de entrenamiento, cuesta arriba, cuesta abajo, curva aquí, curva allá),  el invierno  está arreándonos sus últimos coletazos. Lo malo es que a juzgar por sus efectos, el "mandao" del bicho debe ser espectacular. Impresionan las imágenes de la semana pasada. En La Coruña, congrios y lubinas tomaban café en la Plaza de  María Pita (copyright José Yañez); en el Sardinero, en Santander, un resignado empresario, con lágrimas en los ojos,  declaraba que era la tercera vez que colocaba las cristaleras de su restaurante desde que empezó el año y en el Puerto de Sóller, Mallorca, las olas y sus rociones y espumajos amenazaban con engullirse la Base Naval. 

    Debajo de esa ola hay un faro que se eleva mas de veinte metros sobre el nivel del mar. (Gracias por la foto, Marga)


Las rachas de viento de sesenta y ochenta nudos estuvieron a punto de hacer añicos un F18 de nuestra Fuerza Aérea en Son San Juan,   Palma de Mallorca, el mismo día en que yo debía volar (vaya si volé) en el helicóptero de la Benemérita a Ibiza. Las Vírgenes del Loreto y del Pilar, de servicio, como siempre y cogidas de las manos, protegían con sus mantos cortavientos, las misiones de militares y guardias civiles. Los compañeros del piloto del caza fueron desviados al Aeropuerto de Ibiza, donde lograron sobreponerse del susto junto a nuestro helicóptero, a la espera de poder regresar a Palma de Mallorca.

                       Reencuentro forzado por el duro viento

En otro orden de cosas, sigue goteando la presencia en mi mente de la misión de Afganistán. Cada día me sacude un recuerdo o un motivo que me trae a la memoria los buenos momentos que pasé allí. Todavía es un tema de conversación cuando me encuentro con algún amigo o conocido que se sorprende por verme ya junto a mi familia. Además el grupo de correo electrónico y de whatsapp con muchos de los leones muy activos* mantiene encendida la llama de esa experiencia. Ayer, viendo por televisión "Green Zone", aunque en otro escenario (Irak) y en otro tipo de misión, muy distinta a la mía, afortunadamente para mí, volví a reencontrarme con uniformes, vehículos, ambientes y personajes muy presentes en mi memoria. 

Queda, como poso del fin de semana, un gran contraste, tras una reflexión sobre el esfuerzo  y el sacrificio de muchas personas en la vida real (los personajes de la película representan fielmente hechos reales) y la indolencia de unos niñatos millonarios que deberían tener la decencia de justificar, en mayor medida, sus bochornosas ganancias(no quisiera mencionar la palabra "sueldo"). Qué gran decepción y qué gran desencanto comprobar como los jugadores del torpe Tata se empeñan en escupir sobre su laureado palmarés de los últimos años.

Lo sigo diciendo; el Tata no mola.


* Por cierto, Rafa, ¿será el tuyo el primero de un heroico "baby boom" post-misión?. Enhorabuena, campeón.

lunes, 3 de marzo de 2014

No podía ser de otra manera


Corrían los últimos años de los sesenta, viviendo en Barcelona, cuando nuestro padre empezó a llevarnos al "Camp Nou" (por cierto, ya se llamaba, lo llamábamos entonces así y nadie se rasgaba las vestiduras). Al principio íbamos los tres hermanos mayores, luego de dos en dos y finalmente, alternándonos, repartiéndonoslo entre nosotros por riguroso turno, de uno en uno. Mis hermanos, por aquel entonces, no se mostraban excesivamente atraídos por aquellas tardes con aroma y humo de faria y  de los "Coronas" que fumaba mi propio padre ni por aquel fútbol rancio de época que se nos ofrecía. No obstante,  para repetir sin esperar mi turno y saltarme el de alguno de ellos, tenía que pasar por "caja" y compensar de "alguna manera", aquel cambio de día. A veces, bastaba la barrita de caramelo que vendían en el propio estadio unos vendedores ambulantes, colándose hábilmente entre las filas de las gradas, con un inmenso y goloso cesto de mimbre, cargado de chocolatinas, pipas, peladillas, almendras garrapiñadas, y otras fruslerías dulces. Así, domingo a domingo, fue creciendo en mí una desmedida pasión por el fútbol y por aquel "Barça" de  Reina, Sadurní, Rifé, Gallego, Torres, Eladio, Juan Carlos, Rexach, Martí Filosía, Marcial, Zabalza, Zaldúa, Alfonseda, Pujol, etc. Recuerdo con claridad las carreras por la banda derecha, tan cerca que casi podía tocarlos con mis propias manos,  de  Rifé y de Rexach (las de "Charly", -el noi de Pedralbes-   menos, porque no le gustaba mucho correr, pero poseía un pie derecho elegantemente enguantado).

Con los años seguí alimentando esa afición que complementaba con la compra y lectura de las crónicas de los diarios deportivos de la época; el "Dicen..." (impreso en color sepia y ya desaparecido) y el legendario "El Mundo Deportivo" (en blanco y negro) y que costaban no más de cinco pesetas. Los martes compraba el lujoso "AS COLOR" con posters y galerías fotográficas de los futbolistas del momento (alguna de las cuales todavía conservo en Barcelona).

Llegamos a los setenta y desde mi butaca asistí al primer partido de Cruyff con la camiseta azulgrana,  contra el Granada (octubre de 1973). Luego fueron muchas las tardes de gloria, viendo sus galopadas fulgurantes y sus pases con el exterior del empeine para desplazar el balón, cruzando todo el campo, a un hueco donde hasta entonces nunca hubo nadie, pero que acabó por poblarse de jugadores (algunos bastante mediocres) que hicieron grande aquel fútbol y aquel equipo. 

Cuando el  Barça jugaba en otros campos, me pegaba a mi pequeño transistor Sharp y escuchaba la retransmisión del partido a través  de "Radio Peninsular de Barcelona", con las inolvidables voces de Miguel Angel Valdivieso y Jose Félix Pons.


Mora, Rifé, Torres, De la Cruz, Costas, Juan Carlos, Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Marcial. El Equipo del 0-5 del Santiago Bernabeu.

Más tarde, ya en los ochenta, fueron sucediéndose los debuts de Maradona, Schuster, Simonsen, Linneker y alguna otra celebridad. Para entonces, cuando la incipiente marea (más tarde tsunami) del catalanismo comenzó a alcanzar la orilla del Club de Fútbol Barcelona, mi padre dejó de asistir y delegó en mi el poder de representación familiar en aquellos eventos. Desde aquella misma butaca, ya con otros vecinos, comenzábamos a escuchar (sin levantarnos de nuestros asientos, puesto que nos resultaba lejano y absolutamente ajeno) el himno de "Els Segadors" cada vez que el President Tarradellas asistía al encuentro. La megafonía sonaba ya exclusivamente en catalán como síntoma de  un inminente cambio. 

A mediados de esa década y por motivos profesionales dejé de vivir en Barcelona y poco a poco me fui separando del nuevo modelo socio-político del barcelonismo, pero jamás del deportivo, que profeso con idéntica pasión, la misma que la de aquel preadolescente que esperaba toda la semana a que, a las cinco en punto de la tarde del domingo de turno, comenzara a rodar aquel balón blanco.

De tantos años como seguidor culé me queda la experiencia de haber padecido prolongadas sequías de títulos, mientras nuestro eternísimo rival encadenaba ligas, Copas de Europa, etc. Sin embargo en nuestra historia más reciente hemos ido levantando la cabeza y ha ido creciendo el palmarés del Club al tiempo que se desplegaba el mejor fútbol que  he visto en mis cuarenta y tantos años de aficionado, refrendado con el reconocimiento de los más viscerales "enemigos" naturales del Barça (una elegantísima ovación en el Santiago Bernabeu, que dudo mucho se dará jamas en el Nou Camp).

Lástima que fuera del terreno de juego se pierda tanto tiempo en batallas indignas, ofuscaciones catetas y provincianas y ahora, además,  en trampas fiscales, fraudes y otros engaños.

A pesar de todo ello y desde el césped, después de haber disfrutado con la clase de Cruyff, Neskeens, Maradona, Shuster, en directo y de Guardiola, Romario, Rivaldo, Ronaldinho, Xavi, Iniesta y Messi, a través de la televisión, no podía ser de otra manera....soy del Barça.

Visca el Barça!, pero.....Viva ESPAÑA!

Por cierto, el Tata no mola! 

Nombres que remueven la memoria

La primera que yo recuerdo fue una pequeña y coqueta Iberia blanca. Sobre una de las encimeras de la cocina, resultaba muy atractivo para in...