viernes, 29 de enero de 2016

Els nens de Ada

Era de esperar y era sólo cuestión de tiempo. Los niños de Ada (cuántos hijos de Pedralbes, San Gervasio y Sarriá disfrazados de pirata okupa) se han tomado a pie de la letra las consignas lanzadas desde la Plaza de San Jaime y desde la Plaza de las Glorias (por aquello de su afamada "V") y siguiendo el ejemplo de los mayores, practican la insumisión y la desobediencia civil. Se suben al metro con botellona y subwofer y, claro, la lían parda. Drogas, alcohol, grafitis y meadas. Dejadlos, hombre, dejadlos que al fin y al cabo son jovenes, no hacen daño a nadie, criaturitas, y eso, además, también es kultura, ¿no?
Desconozco si las imágenes de la  noticia han sido difundidas en algún otro informativo/deformativo televisivo a nivel nacional. En prensa escrita, alguna referencia. Yo lo vi en mi querida TV3 -que ya son ganas de autolesionarse, pensarás- y me quedé perplejo (inicialmente, porque luego no pude ocultar una maliciosa sonrisa de complacencia). Ahí les den: ¿no querías caldo? ¡pues toma tres tazas! Y podrían aprovechar, los simpáticos jóvenes, esa laxitud global para intentar llegar más lejos. Y es que muchos de los que gobiernan (o no) en esa maravillosa región proceden de casals populars i ateneus llibertaris donde menos estudiar y sacar provecho al tiempo, han aprendido de todo; malabarismos, acrobacias, técnicas circenses, filosofía para rastafaris, y por encima de todo ello, mucha insumisión e indisciplina total. Cómo mola!

Desgraciadamente ese ilusionante proyecto catalán tiene enormes posibilidades de extenderse al resto del pais (basta ver las imágenes de hace unas semanas en el Congreso de Diputados); no de su pais -tal y como machaconamente insisten hasta en la información meteorológica (otro corte de venas para mí!)- sino de nuestro país, de España, leche! y aunque cueste de creer y parezca este desfase en el metro barcelonés un movimiento gracioso y preparado como una inocente gran farra colectiva, como alguien apunte la idea de programarlo con mayor y peor intensidad, correremos. Ojalá me equivoque.

Es maravillosa la expresión de incredulidad de alguno de los responsables municipales de BCN y del resto del equipo de gobierno (o no) del Ayuntamiento, con Ada a la cabeza, calibrando las consecuencias de esta gamberrada juvenil en el metro. Pues a ver si se les ocurre algo en seguida, porque como cunda el ejemplo y la impunidad, me temo que proliferarán actos similares.

Ea, Ada, a ver que haces con ese toro (con perdón -ciudad antitaurina-) y tus niños del metro. Tan monos!

lunes, 18 de enero de 2016

El mundo en un muro de píxeles

La ventaja principal del kiosko digital es la facilidad y rapidez con la que se puede echar un vistazo, en minutos, a lo que ocurre o ha ocurrido en el mundo en apenas seis o siete horas. Esas son las que, por dormir o al menos intentarlo, permanezco desconectado del aparatito electrónico de turno; tableta, móvil, pc, etc...

Y como desde las siete de la oscura mañana ya ando con el dedo en el ratón (del ordenador) empiezo a abrir páginas de diarios digitales; titulares principales, artículos de opinión, algún que otro blog y por añadidura y una vez satisfecha la curiosidad de la pura actualidad, el chascarrillo: esa curiosidad morbosa que atrae mi atención con una imagen o un pie de foto llamativo: el médico ruso de urgencias que con brutal contundencia se lía a puñetazos  con dos pacientes (motivos tenía, parece). Esperemos que no lo fichen en ningún servicio público de salud para acabar con las listas de espera. También pudiera haberse mostrado contrariado al comprobar que los pacientes pertenecían a cierto colectivo y que pretendian asistencia con su tarjeta de compañía concertada. Alerta!!!

Durante las últimas semanas -prácticamente desde la publicación del escrutinio definitivo de las pasadas elecciones- despierta mi curiosidad el variado tono y sentido que, algunos líderes políticos -tal vez cuanto menos motivos tienen, mas ufanos se muestran- dan al resultado final y se arrogan para sí el dudoso poder de convicción sobre su propia valoración del mismo. Interpretan -ex-cátedra- que el pueblo ha decidido de forma clara que es a ellos  a quienes correponde asumir la tarea de regir nuestro destino durante los larguísimos próximos cuatro años, (me dice Magdalena R. que tiene ya el orfidal suficiente para echarse a dormir todo este tiempo) porque aún no habiendo obtenido ningún partido mayoría suficiente para hacerlo en exclusiva, está clara la voluntad popular. Tócate el pie, Marifé! Vamos, es como si nos hubiéramos puesto de acuerdo un vecino de Almagro, otro de Utrera, otros dos de Padrón, una señora de Calasparra y así hasta cerca de  veintitres millones de electores y un servidor, en que ningún partido obtuviera esa anhelada mayoría. No, no, lo que queremos todos, lo ven clarísimo, es que el resultado esté muy apretadito para que cualquier perdedor pueda autoproclamarse ganador y chulear delante de cámaras, micrófonos y demás medios. Si eso no es tomarnos por auténticos imbéciles, que baje Dios y lo vea.

El pasado miércoles la prensa digital y la radio me proporcionaron imágenes y actuaciones suficientes como para escribir, ya ese mismo día, más de un post. Entre la mordaza verde oliva y la inteligente y audaz pluma de especialistas mucho más capacitados, preferí seguir mordiéndome las uñas. No obstante no puedo resistirme a la tentación de referirme a esa jornada de estreno del nuevo hemicirco (el riesgo de no plasmar palabros es que alguien lo publique antes, como así ha sido) como la escenificación de la mayor cantidad de imágenes insólitas -algunas vergonzantes para la inteligencia- en la historia de nuestra joven democracia.


A los que ya afeitamos canas, que nos vengan ahora con esa explosión de ocurrencias, extravagancias y payasadas no puede dejarnos muy satisfechos con el camino andadado. Decía, entre otras cosas en mi última entrada, que mi mujer tuvo que destetar prematuramente a sus dos hijas para seguir trabajando. Y no me la imagino pasando minibares por el pasillo del MD ni haciendo la demo del chaleco salvavidas con una churumbela colgada de su teta ni al comandante del avión, soltando los cuernos para sujetar en su regazo a la niña mientras le hacía carantoñas y pedorretas. ¿A que no, Chito? Ella no pudo elegir entre frivolizar con el bebé lactante y su puesto de trabajo y, así, nuestro compromiso paterno-filial empezó a generar, muy gustosamente abonado, el precio de la guarderías. Para eso estaba el sacaleches -solo el nombre ya es suficientemente chirriante como para frivolizar con este tema- Y a esta señora le sale gratis la guarderia y tiene medios suficientes como para contratar a una mucama que le recoja al nene a la salida del hemicirco. Qué hipocresía mas grande y qué insulto a la inteligencia. Seguro que todas las mineras, bomberas, médicos, guardias, policías y vendedoras y comerciales por cuenta ajena o autónomas gozan de sus mismos privilegios; seguro!

Me parece insultante para todas las madres trabajadoras  y padres  que hemos tenido que hacer malabarismos de todo tipo para conciliar trabajo y familia -qué gran cosa- y con menos posibilidades para que a estas alturas vengan a darnos lecciones de este tipo.

Si Pedro Rodriguez, Jaime Capmany, Francisco Umbral o Luis Carandell, entre otros, levantaran la cabeza y vieran en lo que se ha convertido el Congreso de los Diputados....En eso seguro, incluso ellos, con sus plumas estilográficas de fina esgrima,  se iban a poner de acuerdo.

Viernes

En mi fogón casero, una exquisita corvina tostada por fuera y tierna y jugosa en su interior acompañada de un sencillo Vizhoja nos aporta la paz espiritual y el encuentro con la excelencia gastronómica en una semana para olvidar.  Deliciosa, según parece,  en boca de mis ilustres comensales. Gracias, aunque el halago debilita, siempre es de acradecer.

Repetiré ¿alguien se apunta?

lunes, 11 de enero de 2016

Fin de año en primavera

Este año la nochevieja ha caído en primavera. Ya el día 27 de diciembre, una excelente mañana soleada, para huir de la rutina navideña y aunque fuera tan solo por dos horas de domingo, me acerqué a mi playa de conveniencia,  esa que enarbola pabellón español durante toda la temporada de baños, pero cuando llegan los primeros temporales de otoño, la temida gota fria mediterránea, pierde su fisonomía y su orilla queda sepultada bajo un siniestro manto de algas muertas y parte de la basura que recibió el mar durante el verano. Me despojé de camiseta y pantalón y me quedé sentado en bañador sobre la toalla permitiendo que el tibio sol acariciara con mimo mi piel. Fue subiendo la temperatura y al llegar el calor  decidí pasear con el agua hasta los tobillos, las rodillas, las caderas y al final...¡zas, chapuzón! Casí me resultó decepcionante comprobar que no se me cortaba la respiración y que apenas debía hacer demasiados aspavientos para tolerar los efectos de la temperatura del agua en mi cuerpo, así es que me alejé, echando unas brazadas, hasta perder pie sobre el fondo. Era un sorprendente reencuentro con el mar -pensé- y no debía ser muy saludable para nuestro entorno -flora y fauna- que a estas alturas del año, rocemos los veinte grados. Lo más sorprendente, en todo caso, es que no era el único bañista y aquella mañana de domingo, ya fuera del agua, se podía resistir sin problema alguno sin la necesidad urgente de secarse y cubrirse con una toalla. Es más, volví a bañarme pasados unos minutos, aunque esta vez la inmersión fue más corta.


Hemos permanecido con esas temeperaturas durante todas las semanas de diciembre y lo que llevamos de enero y la noche de fin de año, ya con las uvas en la mano, rozábamos los quince grados y de no ser por la humedad del ambiente habríamos podido cenar perfectamente en la terraza. Una locura que pasará factura, desgraciadamente, pero que nos ha permitido pasear sin abrigo y poco más que un suéter cualquiera de estas noches por las iluminadas calles palmesanas, abarrotadas del todopalma que vuelve a casa por navidad. Leí el otro día un artículo referido a  un estudio científico por el que se demostraba que nuestros bosques mediterráneos están sincronizando su crecimiento con los grandes bosques siberianos debido, principalmente, al calentamiento global, y las cepas de las seis especies de coníferas objeto del análisis en uno y otro punto han crecido con idénticos parámetros. Reflexionemos: siempre nos quedarán las taigas siberianas para soportar en la distancia la putrefacción programada de nuestro escenario venidero -tic, tac, tic, tac.....rrrrriiinnnnngggggg!!!!


Así las cosas, lo que ha resultado más paradójico para muchos ciudadanos ha sido la ingesta de turrones y polvorones con estas temperaturas casi, casi primaverales. Para mí, no tanto. Recordaba el otro día, en una agradable sobremesa en la que los rayos de sol -ventanas abiertas y suave brisa templada- se reflejaban en las copas de cava que en nuestra misión asiática, el postre estrella lo constituía el infalible surtido de mantecados estepeños y turroncillos variados, después de asaltar los almacenes de la SEA -gracias sea-  y, por supuesto, para completar la dieta de sus jamones y chacinas. Quede claro que navidul, no eran.

Y todo esto ¿a santo de qué? Pues será por no hablar de Artur, paso a un lado, "sacrificio", invasores, CUP, pactos, líneas rojas, cordones sanitarios, transfuguismo politico, reinas magas, asambleas, noes, síes, decencias e indecencias, noos, infantas, urdangarines, pactos con la fiscalía.......puaff!!!


Nombres que remueven la memoria

La primera que yo recuerdo fue una pequeña y coqueta Iberia blanca. Sobre una de las encimeras de la cocina, resultaba muy atractivo para in...